miércoles, 28 de noviembre de 2012

Reggae.



POEMA DE INVIERNO


Así fue como acabó el undécimo mes, Noviembre:
Con el canto de las ocas salvajes
que marchaban hacia el Sur.



Y tú miraste hacia aquel cielo, para decir:
Si tuviera alas, también yo me esforzaría
en busca de nuevas tierras,
también yo levantaría mi campamento
en una playa llena de banderas amarillas;
quizá entonces trabajara mejor el tiempo,
quizá entonces olvidara para siempre
las murallas y la gente de esta ciudad.



Y, recuerda, yo sólo te hice una pregunta:
¿Por qué somos tan infelices?
De morir un mes más tarde
habría visto nieve
en nuestro jardín.



Seguíamos hablando
cuando los oscuros ángeles
que se lo llevaron
se llevaron también la tarde.



Así fue como acabó el undécimo mes, Noviembre:
Con el canto de las ocas salvajes
que marchaban hacia el Sur.


Bernardo Atxaga



¿Reggae?, vale,  bailamos como tú quieras, aunque soy más de boogie boogie, de mover las rodillas y caderas, alehop, como aquellos pájaros que volaban hacia la isla de la fortuna perdida en mitad de un mar oscuro, indiferentes a la tormenta formaban triángulos o volaban en zigzag,  eludiendo los acrobáticos saltos de los tiburones, como en un juego de la Wii o así, un dios burlón movía las coordenadas y hemisferios y la isla estaba ora aquí ora allá y los pájaros planeaban sin descanso buscando las corrientes cálidas del viento,  el impulso de su ansia por llegar sin saber que las tortugas contaban con ellos para subsistir, triste destino pasar del ancho y libre cielo al estómago de un galápago y la Reina de los gatos lo contempla todo desde una ventana mientras en el cielo se brasea la tarde inhóspita de catedrales en llamas y clérigos desconcertados, obstinados, esto es pecado y eso y aquello, todo es pecado y el infierno es nuestro destino o era hasta que la arquitectura del cielo desveló que había muros y fronteras, un abismo  y la tierra prometida era para el pueblo escogido y así no hay quién se entere de qué lado está, siempre estoy con los que pierden  y se me quedan los adioses entre los dientes y el paladar, ásperos, ácidos como aquellos limones amarillos y verdes del JK y quiero contar algo y no sé si no me atrevo o simplemente no me sale y por eso dejo en el blog esta sarta de absurdos, un comic de Jacovitti, ya me gustaría pero no se puede estar a todo y esto de hoy es nada, ya, salud.      

  

(Benito Jacovitti)


6 comments :

bixen dijo...

Muy bonito y con final cómico. Con todo mi aprecio en tu bienfacer.

Guadalupe Neira dijo...

Gracias, Pedro. Es un tesoro tu blog. Un excelente diario cultural, diario de emociones, textos literarios extraordinarios, poemas exquisitos, música llena de belleza, fotografía, pintura, si es que se puede estar todo el día aquí y muy feliz.
Muchas gracias,

Pedro M. Martínez dijo...

Muchas gracias, bixen, ese Jacovitti que conozco desde mi (lejana) infancia era un contraste con los tebeos (aún no había comics aunque, sin saberlo, leía los que le mandaban a mi primo Eduardo desde México: Superman, Batman, Gene Autry, Red Rogers, Hopalong Casidy, La pequeña Lulú, etc) que había por aquí. Pues eso, que muchas gracias.

Pedro M. Martínez dijo...

Doña Guadalupe Neira, en mi caso no es cultura, es curiosidad, y la comparto por puro egoísmo, recibo más que lo que dejo. Y tú no eres objetiva, me lees con cariño y así te parece más bonito. ¡Guapa!, que ganas tengo de verte. Un beso.

MAGNOLIO dijo...

Red Rogers, Hopalong Casidy, La pequeña Lulú, cuánta ternura y cultura - digas lo que digas - en esos nombres y cuánta delicia en esa nieve si detrás de una ventana alguien leyendo ese poema de invierno, o cualquier otra cosa como esas que tu puedes, pero no te atreves...

Pedro M. Martínez dijo...

Magnolio remojado por estas lluvias de noviembre, se resfriaran los pájaros bajo tus ramas húmedas, esas lecturas de los comics de Novaro (en México) contrastaban con los héroes de aquí, el Capitán Trueno, etc. He de decir que mi infancia está arropada por mis padres, mis cuatro abuelos y una abundante colección de tías y tíos que la mecieron con cuentos de todo tipo, pero sobre todo la mecieron con amor.
Pues eso, que no sé qué te estaba diciendo, se me va el santo al cielo.

(En España, los cómics de Novaro aparecieron a finales de la década de los 60, impresos a todo color. Estas versiones en varios formatos, que incluían historias de muchos personajes del cómic norteamericano de los 50, fueron muy populares debido a su gran calidad, variación temática y uso del color, en un momento en que el mercado español era dominado por cómics en blanco y negro o colores de gama, más enfocados a un público infantil. Su impresión en España continuó hasta fines de la década de los 70.)

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