miércoles, 21 de marzo de 2012

Lo elemental.

En 1209, en la cruzada contra los cátaros, tras la toma de Beziers (Francia),  preguntaron al legado papal Arnaud Amalric cómo iban a distinguir a los herejes de los que no lo eran, sentenció: “Matadlos a todos, que Dios reconocerá a los suyos”.



No sé seguir. No sé cómo, dónde reconocerme. Voy a trancas y barrancas. Se nota demasiado. No me faltan ideas, me falta impulso.

Era verano. La luna iluminaba la playa. Nos escondimos detrás de la arena, entre las hierbas. El calor de la noche nos animaba. Exploramos nuestros cuerpos y el deseo hizo el resto. Ni siquiera nos conocíamos. Ella apenas se movía, gemía y tenía los ojos cerrados. Dijo que era la primera vez. Luego gritaron nuestros amigos y nos bañamos desnudos en un mar en calma. Me sumergí y todo estaba negro, era una extraña sensación. Me dio miedo. Aún así nadé mar adentro, imprudente lo intenté de nuevo, busqué el fondo, no había límites, bajo el agua había una dominante oscuridad. Salí braceando, desorientado, quería respirar, buscar la luz, aparentando calma pero asustado, no controlaba la nada, la absoluta ausencia. Me vestí, para defenderme. Ella me esperaba, se llamaba María. Me tomó de la cintura y en silencio volvimos andando hasta el pueblo.

Ahora, hoy, como aquella noche, estoy bajo el agua negra de una playa que me vence. Me ahogo, tengo miedo, quiero salir a respirar, quiero volver, no sé dónde. Nadie me enlaza de la cintura.



9 comments :

ANA dijo...

Sí hoy tenía que llegar de todas maneras hasta aquí.
Demasiada extrañura , riesgo de volverse extrañeza y saltar la línea.
Vivir sin compu.
Extrañar demasiado.
Piedra antigua como el planeta
Cantos rodados-Rolling Stone alfombra larga de esa playa.
Acantilados ignotos.
Nunca los veré afuera de mis ojos, están adentro;
y te escribí el domingo
Te extraño.
Tengo miedo.
FENÓMENOS PARA ANORMALES

virgi dijo...

Te enlazaría un rato si estuviera cerca. Besos, Pedro.

Maria dijo...

Hay momentos para todo Pedro, para reír, para gozar, para estar triste o pensativo, o decaído, o..., por qué no.

Creo que es bueno reconocerlos y aceptarlos, pues creo que erróneamente a veces acabamos haciendo de la alegría una obligación. Está claro que a todos nos gusta reír, levantarnos por la mañana y sentirnos absolutamente satisfechos. Eso es maravilloso. Pero a veces, para alcanzar ese estado, o para alcanzarlo de nuevo, la vida nos hace atravesar pequeños laberintos, bucear como en tu relato a las profundidades de uno mismo y re-encontrarse, re-conocerse.

Me gusta muchísimo esa frase de “si haces siempre lo mismo, no esperes obtener resultados distintos”. Pues eso, aunque no venga a cuento yo lo hago venir. Jajaja. Ante el gris, ante el desánimo o la pérdida del mapa de ruta, bucear, sin miedo. El fondo del mar no es negro ;).

Pedro M. Martínez dijo...

ANA, eres una selva. Demasiado extensa para un explorador tan miedoso como yo que escucho a las sirenas y me escondo detrás de los baobabs y los relámpagos, que escucho maullidos y veo leones y garras afiladas y Tarzán sigue dormido sin saber dónde termina el universo.
Eres una persona para sentarse a tu lado, en la frontera, mirarte a los ojos y escuchar tu corazón, tus palabras, para saber, para intuir, para entender, para decir ah y abrazarte, para confesar que la vida era esto y eso y que nada está lejos y que, sí, estamos rodeados de fenómenos para anormales, falta determinar el concepto de normalidad y a partir de ahí todo será más difícil, más aburrido, no. Quedamos abrazados y ay de aquel que quiera separarnos.

Pedro M. Martínez dijo...

virgi, claro, desde una isla es fácil decirlo. Venga, vuela, ven…así, esto era, muchas gracias. Besos.

Pedro M. Martínez dijo...

Maria, el Eclesiastés dice 1 Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol:2 un tiempo para nacer y un tiempo para morir, un tiempo para plantar y un tiempo para arrancar lo plantado;3 un tiempo para matar y un tiempo para curar, un tiempo para demoler y un tiempo para edificar;4 un tiempo para llorar y un tiempo para reír, un tiempo para lamentarse y un tiempo para bailar;5 un tiempo para arrojar piedras y un tiempo para recogerlas, un tiempo para abrazarse y un tiempo para separarse;6un tiempo para buscar y un tiempo para perder, un tiempo para guardar y un tiempo para tirar;7 un tiempo para rasgar y un tiempo para coser, un tiempo para callar y un tiempo para hablar;8 un tiempo para amar y un tiempo para odiar, un tiempo de guerra y un tiempo de paz. cuando escribía eso, ayer, era un tiempo negro, así lo hice constar. El fondo del mar es negro, eso es lo que cuento. He bajado muy hondo, a lo profundo, no me lo han contado, es negro, la nada, lo absoluto. De ahí el miedo, la falta de aire, el ahogo, ay.
La semana pasada estuve en una charla de Jose Mª Gasalla (http://www.gasalla.com/ ), un fenómeno de la comunicación. Nada cambia si tú no cambias, decía. La vida es cambio, aprender, desaprender, volver a aprender. Pero ayer, hoy, todo es negro.
No quiero consejos, quiero un abrazo.

Maria dijo...

Vaya....

Y ahora yo Pedro, y ahora yo.

Cecilia Taboada Palafox dijo...

Después de la desorientación viene el corage de encontrar el camino... De todas formas, si nunca te pierdes, puede que nunca te hayas encontrado.

Besos, y sigue nadando!

Cecilia Taboada Palafox dijo...

o, bueno, un abrazo

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