lunes, 6 de febrero de 2012

322

“Me dije que uno escribe siempre sobre el cuerpo muerto del mundo, y también sobre el cuerpo muerto del amor. Que es en los estados de ausencia donde se hunde el escrito, no para reemplazar nada de lo que ha sido vivido o supuestamente ha sido, sino para consignar el desierto dejado por ello.”  Marguerite Duras



Llueve tanto que escribo en blanco y negro.
Busco el color en el 322.
No tanto para ser entendido en la individualidad sino para cumplir una obligación, preguntarme por el sentido de este espacio, impedir la peligrosa tendencia a lo hueco.
Siete vacíos días por delante, siete, para llenarlos de contenido.
Los caballos pasan a toda velocidad por la derecha y por la izquierda, no me acostumbro a ser rebasado una y otra vez. Recuerdo cuando fui un jinete que ganaba.
Los fantasmas están ahí enfrente, sin rostro, ensabanados, me miran, puedo llegar a sentirme culpable de lo que hago y de lo que no, en la continuidad, en la finitud, siga o me pare. Un problema.
No hay censura, de momento.
Tampoco hay tiempo para experimentos, otros lenguajes, estilos pasados de moda aunque a muchos les parezcan nuevos, innovar con asociación libre de ideas, músicas, imágenes oscuras o verdes, trucos de prestidigitador aficionado.
Al final solo hay trabajo, evitar la incomunicación, buscar un personaje, I Oigeé o Parker, Pedro o nadie, decir, pintar el absurdo de la existencia, el absurdo de querer recordarlo cada día.
Este es un espacio de jazz, así somos, es un espejo.
Pregunto a mis amigos si son felices, me miran sorprendidos.
¿Esto es lo que esperabais?
¿Estáis contentos con los que hacéis?
Abrazo a mis amigas y se separan con dulce firmeza.
¿Veremos algún día el amanecer?
¿Roncas, cariño?
Me baño en el sentido de la vida y recuerdo cuando me ahogaba, no hace tanto.
Ahí fuera llueve, mucho.
Busco el color en el 322.
Solo es trabajo, la música viene sola, la comparto.
Os agradezco tanto que vengáis, silenciosos y constantes, amables, amistosos.
Solo deseo no perder el estímulo como una hoguera que no cesa, que la rutina no me haga olvidar nada.
Cada día la estadística me informa de los visitantes. 322. Nunca vuestra mirada es sobrepasada por la cifra. 322. Nunca dejo de pensar en los que venís, en cada uno, gracias.
Os quiero.  




7 comments :

Pedro M. Martínez dijo...

Algo raro le pasa a la página. ¿Lo notáis?

virgi dijo...

Con ser una entre 322, ya me sonrío a mí misma.
No le noto nada...después de "aquello"....besos, mi niño.

Pedro M. Martínez dijo...

Con orgullo te digo que no eres, ni pensarlo, una más entre 322, no, eres Virgi, seas quién seas, lejos pero tan cerca en mis afectos. Sorprendente en personas que no nos conocemos personalmente, el milagro de este medio. Estoy seguro que si un día nos vemos hablaremos de esto y aquello como si a noche anterior hubiéramos cenado juntos.
Te digo que 322 es una elección no casual, no corresponde con el número de visitas, tiene una mayor trascendencia, algo sobre la salud, sobre la no salud, bah, cosas mías. Y como soy de Bilbao también te digo que estoy sorprendido de la cantidad de visitantes que recibe esta humilde página. Te beso con todo mi cariño.

Magnolio dijo...

¡La estética!

¿Te refieres a eso en lo de "raro" de hoy, verdad?

Estética en un sentido coloquial: de agradable a la vista y al oído (hoy más con el nuevo método y las delicias del Mina y el Guerrero y la Ian, que te ha salido un supermelancólico playlist).

Bueno, y puesta ser de Bilbao, también a lo que decía Baumgarten como la "ciencia de lo bello, a la que se agrega un estudio de la esencia del arte, de las relaciones de ésta con la belleza y los demás valores".

Porque aquí, el valor es innegable, hace falta - además de talento y trabajo, como dice la Chaplin en la TV - para salir todos los días al ruedo de la pantallita y luego el arte, claro, el de elegir cosas como la de Duras, hoy, que te deja el sentimiento clavadito con chinchetas de letras, o como esa otra de "Los fantasmas están ahí enfrente, sin rostro, ensabanados, me miran, puedo llegar a sentirme culpable de lo que hago y de lo que no, en la continuidad, en la finitud, siga o me pare."

Pues eso, que sí, que se nota y se agradece.

Pedro M. Martínez dijo...

Magnolio cambiante, qué maja eres, la estética es una consecuencia.
Lo raro es que al colocar el reproductor de música ha movido alguna historia interna –ay, el HTML- y debo estudiarlo a fondo para que no cambie las letras y los etcéteras. Ahora quién no quiera la música hace click y ya, no. Las canciones escogidas cambiarán, claro, melancólicas o alegres, admito peticiones, sugerencias, críticas. Preciosa la cita de Baumgarten que no sé si era de Bilbao. Hay quién me dice que no comenta por principio, es que lo que escribes escrito queda, ¡exacto!, eso es, de eso se trata, que quede, lo que piensas, lo que sientes, lo que dijo la Duras o la Chaplin, sí señora, valor y trabajo, sobre todo trabajo, que en este caso es tan leve y tan agradecido que podría pagar por hacerlo, que lo que recibo, interna y externamente, es muchísimo más de lo que doy (si es que doy algo). Esto de los blogs es tan curioso que trasciende del mismo blog, ay, Mc Luhan, el medio es el mensaje y con tu comentario me has alegrado un lunes que ya era alegre a pesar de la lluvia, del sueño y de todo lo que tengo que hacer. A ello. Muá. Gracias.

Maria dijo...

Aquí seguimos Pedro, contigo en la distancia, como dice la canción.

Un abrazo grande. ¡Feliz lunes!

Pedro M. Martínez dijo...

Maria, también esa de “espérame en el cielo, corazón” o “ si tú me dices ven, lo dejo todo”, o “contigo aprendí que yo no vivo desde que te conocí”, rimas sencillas y profundas. El bolero. Feliz lunes llueva, nieve o truene. Un beso.

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