viernes, 4 de marzo de 2011

caderas


SONETO XVI

Amo el trozo de tierra que tú eres,
porque de las praderas planetarias
otra estrella no tengo. Tú repites
la multiplicación del universo.
Tus anchos ojos son la luz que tengo
de las constelaciones derrotadas,
tu piel palpita como los caminos
que recorre en la lluvia el meteoro.
De tanta luna fueron para mí tus caderas,
de todo el sol tu boca profunda y su delicia,
de tanta luz ardiente como miel en la sombra
tu corazón quemado por largos rayos rojos,
y así recorro el fuego de tu forma besándote,
pequeña y planetaria, paloma y geografía.

Pablo Neruda.

Por fin es viernes y etcétera.

Rearmo el puzle de lo cotidiano.

Intento estar aquí y allí, en todas partes, que cantaba aquel grupo antiguo, los Beatles.

No es falta de imaginación, es falta de tiempo.

No es que no haya impulso, no, es obsesión por unas caderas.

¿De qué diablos hablo? Está escrito, de unas caderas.

Advierto cierta confusión tanto en lo que digo como en la forma de decirlo pero me parece lógico, estoy obsesionado por unas caderas.

También por el resto.

Digamos, digo, que estoy obsesionado por la dulce madurez de su dueña.

Qué cosas.

Mis profesores dicen que no me centro, que estoy distraído en clase, que así nunca llegaré a ser nada en la vida.

La verdad, señores, me importa un pimiento, lo único que me interesa es acariciar esas caderas, besar su espalda, perder mi boca entre sus pechos, buscar sus gemidos suaves, los míos, dejarnos llevar por la cálida corriente del abrazo.

Llegarán a casa los informes de mis ausencias, mi inasistencia a las clases, mi falta de atención, de constancia, mi desidia para el aprendizaje, lo dicho, me importa un higo.

Aún sobre la cama, con los ojos abiertos, solo veo sus caderas.

Cómo le cuento esto a Paul, cómo va a entender que amo a mi profesora, a su madre. 

Será lo que deba ser mientras ella siga siendo amable. 

Dulce Jeanne.



 

6 comments :

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Joselu dijo...

Ok. Loaded.
Kiss. You.

Anónimo dijo...

u_u cuando habla asì me acuerdo de la prepa....

...me dio flojera acceder, o fue falta de imaginaciòn, que diga de tiempo : D Sì, eso
Att. Libèlula
^_^

Mayte dijo...

Mi pasión por los profesores llego "tarde", cuando bordaba los 18... :p

Eso sí...aún recuerdo cuando aquél pequeño encantador me cedió el lugar en la fila de los batidos....oh, amour d´enfants.

Besiño de puntillas, Pedro...ahh y cuidado con las caderas, derrapa en ellas mejor que mejor.

Buen finde, el Lunes más!

Jorge Encinas Martínez dijo...

No me es extraña esa obsesión por unas caderas. Creo que es la mejor de la que podemos dolernos.

(Lo de las profesoras y profesores prefiero dejarlo aparte: soy profe).

Un abrazo

gaia07 dijo...

Y es que ahí están el final y el principio de todo, justo en medio del universo. Si el rayo que las ilumina te pilla distraído, se acabó cualquier futuro soñado para ti.
Pero utilizando el tono más adecuado la sugestión puede hacerte más obediente.

Un beso

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