martes, 21 de diciembre de 2010

Dos más uno.


Il faut brûler pour briller



La vida es aburrida sin secretos.

Todos tenemos secretos.

Hay un tipo de secretos que no importan a nadie.

Los importantes, los verdaderamente importantes son los que se refieren a la fórmula dos más uno.
Lo peor de ellos es no poder contarlos.

Cuando se cuentan, cuando se saben, pierden ese carácter que nos interesa, especial, mágico, misterioso, inquietante.

Hay que matizar que en ese dos más uno debe haber cama, si no la hay es un secreto light, una minucia, bah, una porquería de secreto.

No es tarea fácil, se debe tener una habilidad especial para poder escribir sobre este tema diciendo sin decir, pasando por él de puntillas, sugiriendo, descorriendo un velo que enseñe lo accesorio pero que tape lo fundamental, como en las películas antiguas.

Por ejemplo, hay quién está enamorado de su esposa. La quiere tanto que le gustaría que fuese la mujer de alguno de sus amigos para conquistarla en las tediosas cenas de los viernes. Su psiquiatra le dice que deben ampliar el número mensual de sesiones. Él está de acuerdo.

Hay tíos raros, especiales, que siempre quieren lo que no tienen, incluso cuando lo tienen. No saben nada de matemáticas, solo saben contar hasta diez, lo que tampoco saben es si la suma la hace él o ella. Mejor no contarles nada, suelen ser de lengua larga y terminan disculpándose, ellos no entienden de sumas complejas, ellos son  de los de al pan, pan y al vino, vino.

Hay personas que no quieren un amante. Quieren alguien que sea su padre, su madre, su hijo, su hija, incluso su abuelo, pero después de hacer el amor. Es decir, durante son amantes, antes y después su figura es otra, mejor dicho la del otro/a. Y, claro, estas historias es mejor llevarlas en secreto. Es más, alguna que he contado aquí no se la ha creído nadie.

Que también, contar aquí lo que no pasa como si pasase comporta un esfuerzo de imaginación importante. Y tengo un problema, se me está quedando pequeña la cabeza (por dentro). Noto una preocupante reducción de mi masa cerebral, de mi imaginación, de los secretos que dejan de serlo (porque me entero de ellos), incluso de las ganas de contarlos.

Aviso: desde hoy solo escribiré cuentos de hadas, pero si algunos de mis amables lectores/as quiere contarme un secreto puede hacerlo con la seguridad que lo escribiré para publicarlo aquí. (Tu no, Puri, que el otro día mi santa se mosqueó cuando llamaste a las tres de la madrugada. No se creyó lo del cliente que quería cambiar de programa de contabilidad) 


La Matanza de la Escuela Santa María de Iquique fue una masacre cometida en Chile el 21 de diciembre de 1907. En estos eventos fueron asesinados un número indeterminado de trabajadores del salitre de diversas nacionalidades que se encontraban en huelga general, mientras alojaban en la Escuela Domingo Santa María del puerto de Iquique. Los eventos que configuran los hechos, suceden durante el auge de la producción salitrera en Antofagasta y Tarapacá, bajo los gobiernos parlamentarios. La huelga, provocada por las míseras condiciones de trabajo y explotación de los trabajadores, fue reprimida por medio del indiscriminado uso de la fuerza armada por parte del gobierno del presidente Pedro Montt.

El general Roberto Silva Renard, comandando las unidades militares bajo instrucciones del ministro del interior Rafael Sotomayor Gaete, ordenó reprimir las protestas, matando a los trabajadores junto con sus familias y dando un trato especialmente duro a los sobrevivientes.

Habrían sido asesinados entre 2.200 y 3.600 personas, donde se estima que un alto número no determinado, eran peruanos y bolivianos quienes a pesar del llamada de sus cónsules se negaron a abandonar el movimiento . 

8 comments :

ybris dijo...

Sabes sugerir hasta en la inflexibilidad del dos más uno.
Eso es lo bueno de leerte espigando.
Y para eso es indiferente que escribas sobre secretos o sobre cuentos de hadas.

Abrazos.

mirada dijo...

:-) Coincido con Ybris muchas veces es sus apreciaciones y comentarios, hoy también.
Es un gusto leeros a los dos, así, mientras una despierta al día.
ay, me encanta Mastretta, una excelente persona también.
Buenos días.

cristal00k dijo...

A ver... "me se" ocurren muchas más combinaciones...
¿No se contempla el 1+1?
Existe el 1+ 2, aunque ese, según y como... es un poco más "jodido" (con perdón)o nunca mejor dicho?
Eeeeh también existe el 2+2, con dos, sin cama de por medio.
Incluso el 1+2, más 1+2, siendo a veeces, el uno la misma incógnita despejada.
Sé que hay más, pero ahora mismo... no caigo... je!
Eso sí, casi siempre "figura" que hay uno de los + 2, que habitan en la "Inopia" un lugar muy apropiado en estos casos y donde no acostumbra a haber camas... ¿o sí?
Nu sé...
Si eso, vuelvo a hacer cuentas y ya te digo. ¿O casi mejor, me leo un cuento de hadas?
Sieejjjqueeee

Pedro M. Martínez dijo...

ybris, tú, que eres tan amable (además de otros muchos atributos positivos), seguro que recuerdas mi interés por las matemáticas y los matemáticos, mis muchos post dedicados a ellos y sus misterios. Aunque mi interés principal, no obstante, son las señoras (y las señoritas, claro).
Hace tiempo que deje de creer en hadas ya que conozco a algunas brujas, por eso escribo sobre lo que me apetece, hoy de esto, mañana de aquello.
El caso es disfrutar. Un gran abrazo.

Pedro M. Martínez dijo...

mirada, qué maja eres, ¡guapa!, tengo ganas de abrazarte, amiga mía. Un beso.

Pedro M. Martínez dijo...

Querida cristal00k, se contempla, casi todas las combinaciones son válidas, lo que ocurre es que me debo guardar cartas para futuras partidas.
Aún así.
Es decir, está el 1 + 1 consigo mismo, es decir el que se es infiel a sí mismo, el que su mano derecha no sabe lo que hace la izquierda.
Está el 1+1, es decir 2, es decir la incomunicación sin necesidad de terceros, es decir lo normal (pecado de pensamiento).
El 1+2 es jodido sí, y cansado, no demasiado complicado si a los/as 2 les llamas “chati”.
Muy interesante es la variación 1++1+1 (a desarrollar), una pura delicia, nunca sabes con qué 1 te puede tocar, apto para ambidiestros y estómagos grandes.
El 2+1 es lo más habitual, imprescindible que el 1 del 2 no sepa de la existencia del otro 1 ya que entonces suele terminar en 1, 1,1 (aunque alguno de los 1 se suele buscar otro 1 a la voz de ya)
Todas estas variaciones son elementales y seguro que me dejo muchas.
Otra cosa son, ay madre, las variaciones de, por ejemplo, 2+2, 2+3, 4+ 6, 1+7 (vicio o arte o profesión), 1+ 10 (milagro) y 1 con cabra, vaca, gallina, zoofilia pura, pues eso.
O sea, Cris, no me líes que mi inopia es deliciosa, sin camas, ni camareros, un lugar idílico donde ni siento, me siento, ni padezco, un paraíso lleno de hadas y solo una bruja, la Malvada Bruja del Norte (y yo sin chapines encantados)*
Es lo que es.
Un fuerte abrazo.


*El mago de Oz, claro.

gaia07 dijo...

“Una habilidad especial”, como quién recuerda nombres y fechas exactas de toda clase de acontecimientos, o como quién es capaz de operar en su mente con cifras exorbitantes en pocos minutos, o como quién consigue salir de un dique de agua desatando las cadenas que le atan… si, querido Pedro, eres muy especial.

Un abrazo

Pedro M. Martínez dijo...

gaia07, tú que me miras con ojos cariñosos. Mi tío Eulogio (lo de las fechas) Leibniz (lo de las cifras), Houdini (lo del dique), 0,00007% de estos es dejar aquí tantos absurdos escritos. Un beso.

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