miércoles, 27 de enero de 2010

Cena

Una pena repta por su ombligo. Ayer
ayer me dijo oblicuamente amor mío y
hoy, hoy tengo que ser áspera con la memoria,
enlazar las manos con ansiedad, tomar cafés,
hacerme cueva o nimiedad.

(Concha García)


…como una gilipollas, antes de marcharse le preparaba la cena,
una tortilla de jamón y un ponche,
no fuera a ser que a esas horas su mujer estuviera dormida.

Y ahora esto.

Será hijo de puta…







Arnold Böcklin y sus cinco versiones de "La isla de la muerte"
Böcklin realizó cinco versiones ligeramente distintas del cuadro. Todas tienen en común que representan una figura vestida de blanco de pie junto a un ataúd en una barca que navega sobre oscuras aguas hacia una isla rocosa. Se interpreta que la figura es el barquero Caronte, aunque Böcklin nunca dio explicaciones sobre el significado de la pintura y ni siquiera le puso el título, que se debe a un marchante de arte. Bocklin empezó a pintar el cuadro en 1880, a petición de Marie Berna, una joven y noble viuda de Frankfurt, pero lo interrumpió dejándolo inacabado y se puso a trabajar en una segunda versión, modificando algunos detalles, la cual terminó y entregó a la señorita Berna y hoy está en el Metropolitan Museum neoyorquino. Bocklin retomó la primera versión hasta acabarla y en 1927 fue adquirida por el Kuntmuseum de Basilea.

En 1883 realiza una tercera versión para un galerista de arte llamado Fritz Gurlitt, la cual fue comprada por Adolf Hitler en 1993 y exhibida en el Reichtag. Este cuadro desapareció en 1945, tras la entrada de las tropas soviéticas en Berlín, y estuvo perdido varios años hasta su reaparición en 1979.

La cuarta versión fue realizada en 1884 por encargo de Victor Benary y en 1926 fue adquirida por el barón Von Thyssen. También se encontraba en Berlín y también desapareció al final de la guerra, pero esta no ha reaparecido y se da por destruida. Por último, Bocklin pintó una quinta versión en 1886 por encargo del Museum der Bildendeh Künste de Leipzig, donde sigue.

(Tomado de  The dark house)

20 comments :

Camille dijo...

Curioso...
Me gustaría saber cómo llegaste a Böcklin, a ese cuadro...seguro que hay una historia detrás.

Y la cena, se enfrió?

Tinta de aterrizaje dijo...

¿No querer recordar es hacerse áspera con la memoria?
Ya bastante sabe la tercera persona que la juzga con el inicio del poema y...
con decirle claramente que es una gilipollas; que le diga que se espabile.

Besos.

Pedro M. Martínez dijo...

Camille, la verdad es que es una historia muy curiosa.
Está ligada con Lacán, el museo D`Orsay en París, un poema de Hugo von Hofmannsthal y los centauros. (Hay algún elemento más que prefiero omitir)
Conocí ese cuadro y me fascinó.
Este verano lo vi en un museo berlinés.
La historia, sí, es digna de ser contada, me has dado una idea. Gracias.

La cena…pregúntaselo a ellas.

Pedro M. Martínez dijo...

Tinta de aterrizaje, esto…quién escribe, lo hace en primera persona.
Ella misma se califica. Quizás porque tiene memoria.
Y hay muchos/as que no espabila/n/mos nunca.
Besos.

Pedro M. Martínez dijo...

Por cierto, Álvaro Ojeda escribe:

En La isla de los muertos, opus 29, compuesta por Rachmaninov, la música comienza suavemente, con un movimiento de vaivén que sugiere el rumor de las olas mientras Caronte rema por el río Estigia. A lo largo de esta obra, Rachmaninov utiliza una figura recurrente en un compás de 5/8 para imitar el movimiento del agua y del remo de Caronte. Al comienzo de la obra, el tema principal se repite en un prolongado crescendo; en la sección central, la orquesta explora distintas variaciones del tema, hasta llegar a un momento de silencio tras el cual, al igual que sucede en varias de sus obras, Rachmaninov introduce el motivo de la música del Dies irae como referencia a la muerte. Al mismo tiempo, el vaivén de la música también sugiere el sonido de una respiración, indicando de esa manera que la vida y la muerte se entrelazan.

Les sugiero escucharla con atención y deleite.

Ventana indiscreta dijo...

Pues será ella misma la que se califica, como tu bien apuntas, pero podía haber dicho 'por mi ombligo'. Pero ya sabes Sir Peter que el ombligo no hay que mencionarle mucho. De todas formas un poco pavisosa sí es la protagonista. Decirle oblicuamente amor mío: ¡ni que el tío fuera un haz de luz!

Anda te doy un beso y me voy al tajo.

Camille dijo...

Ves como era curioso? si ya sabía yo...

matrioska_verde dijo...

Y ahora esto otro.

biquiños,

Tempus fugit dijo...

La historia, leyenda tal vez en algunos casos, de algunas obras de arte, aportan un toque de misterio si se relaciona con lo que representan...
¿La última cena?

un abtazo.

El peletero dijo...

Una isla rocosa en la que las rocas parecen proteger o envidiar a los cipreses, quizás los cerquen y más tarde los ahoguen, los agosten y los maten. Pero no lo creo, no hay ninguna roca que pueda matar a un ciprés, lo sé bien, sé de lo que hablo porque además de peletero soy también un ciprés y conmigo las rocas olvidan que lo son, pierden su dureza y sólo enseñan su fortaleza.

El barquero es mi cartero que llama paciente más de tres mil veces hasta que yo le atiendo. Todos anhelan ser cipreses en una isla rocosa, el barquero, y el cadáver que lleva con él, también. Se lo prometí un día y, tarde o temprano habré de cumplirlo.


Saludos.

ana p. dijo...

Rachmaninov y el delirio........ que le den a la tortilla....... o que se pague un curso de cocina.
Si, hay algunos que no aprenden nunca.
Besos

Pedro M. Martínez dijo...

Ventana indiscreta la verdad, esto solo es un juego de miércoles, sin otra pretensión, pero opino que el tema no es de ombligo sino de unos centímetros más abajo. El/la que esté libre de pecado, etc.
Un beso.

Pedro M. Martínez dijo...

Ay, Camille, no he sido muy delicado al utilizar ese “elemento”. (no creo que le guste al hilo conductor de toda esta historia)
Cuanto sabes, niña.

Pedro M. Martínez dijo...

Lo que hay que tragar a veces Aldabra, chica…

biquiños,

Pedro M. Martínez dijo...

Esto…De cenizas...¿la gallina?
Un abkazo

Pedro M. Martínez dijo...

El peletero, te queda un día.
Tus comentarios siempre son de matrícula de honor.
Muchas gracias.

Pedro M. Martínez dijo...

ana p., por partes.
1.Rachmaninov = impresionante (ver mañana mi Aquí)
2. que le den a la tortilla= le dan las noches que va (según cuenta ella)
3. que se pague un curso de cocina= ya, pues vaya gracia, lo bueno es lo otro.
4. Perdona que te corrija= hay algunas que no aprenden nunca.
Fuera de carta= Besos

El peletero dijo...

Gracias a ti, Pedro, es un placer comentarte, un placer y un estímulo.

Saludos.

gaia07 dijo...

Las mil caras del amor. Y en todas sigue existiendo el mismo conflicto, la obligación de devolver parte de lo recibido. Amor y obligación se llevan a matar. Devoción sería más afín, pero claro, esto conlleva el olvido de uno mismo, y a la larga no es bueno.
Mejor, amor y punto. Que te ama quién amas, pues a disfrutar, que no, tú sigues amando. Punto es afín con hasta aquí, y según se dice lo hermoso es amar ¿para qué más? Se le prepara la cena y lo que haga falta, y si no vuelve es porque habrá encontrado amor y cena superior, y el que queda sigue amandole tan feliz porque el otro es más feliz, siempre partiendo de la base que no esperas “nada más”, por supuesto.
En caso contrario, a joderse toca.

Sublime Sergéi Rachmaninov, inquietante Arnold Böcklin, impresionante Pedro Martínez.
Un abrazo

mirada dijo...

Ratifico palabra por palabra dada de Gaia07 en este anterior comentario, incluso los nombres y apellidos que cita...y obvio que el respeto y el amor que corresponde :-)

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