lunes, 23 de noviembre de 2009

El grito de Johnny Weissmuller.



Johnny Weissmuller nació el 2 de junio de 1904 en Windber, Pennsylvania. En la década de los años 20 fue reconocido como el mejor nadador de estilo libre del mundo. Participó en los Juegos Olímpicos de 1924 y 1928 y obtuvo las medallas de oro en las pruebas de los 100 y 400 m estilo libre. Entre 1922 y 1927 batió cinco veces el récord del mundo de los 100 m estilo libre. En 1932 comenzó una carrera cinematográfica que pronto le identificaría con el papel de Tarzán, personaje creado por el escritor americano de aventuras Edgar Rice Burroughs. El grito de Tarzán, fue una combinación de diversas grabaciones y efectos electrónicos. Johnny Weissmuller se limitaba a abrir la boca en play-back, aunque terminaría aprendiendo a imitar su propio grito y a doblarse a sí mismo algunos años después. Al final de su vida, poco antes de morir en México, ofrecía lamentables exhibiciones estentóreas de su famoso grito, incluso cuando le entrevistaban los periodistas. También aterrorizaba a las enfermeras del hospital donde lo recluyeron aullando sin control alguno. Falleció el 20 de enero de 1984 en Acapulco, México.


 Recuerdo aquellas películas de Tarzán, me gustaban muchísimo. Vistas con ojos de hoy resultan un poco ridículas. Los cocodrilos eran de goma, absurdos. Chita era una parodia de chimpancé. Tarzán era valiente pero elemental. No importaba, era un héroe magnífico, admirable, envidiable en su desnudez por una selva insólita con animales que le obedecían, ríos con hipopótamos, lianas danzarinas y aquel grito que llenaba mis oídos y mi imaginación. En los relatos de Edgar Rice Burroughs el personaje estaba mejor construido, era más sólido. Me los leí todos.

Leo otros libros que antes me encandilaron, veo otras películas que me dejaban pegado a la butaca. Eran la esencia, el soporte de mi fantasía. La mayoría no ha soportado el paso del tiempo, se ha quedado antiguo, desfasado, son otra época, el ayer. Me da pena mi mirada perdida.

Leo ahora muchos libros, veo películas, escucho música, no sé porqué será pero nada me gusta tanto como lo de entonces. Veo mis ojos, no sé cómo pero veo mis ojos, son los mismos. ¿Qué ha cambiado? Busco y rebusco los colores que iluminen los días.

Y el grito.

No quiero abrir la boca en play-back, no quiero gritar lo que no grito, no quiero aullar para asustar a nadie, no quiero imitar lo que gritaba, no quiero.
Este grito de hoy es un susurro.

Sigo nadando en estos ríos, aunque llegue el último.


Artículo 8.

• Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley.


19 comments :

Madame Vaudeville (Chus Álvarez) dijo...

Aullémosle juntos a la luna esta noche. Un abrazo.
Auuuuuuuuuuuu!!!

Tesa dijo...

Veía las pelis de Tarzán con mi padre, en la TV en blanco y negro.
Nos encantaban a los dos.
Con catorce años, yo llevaba la carpeta forrada de fotos de tíos que me gustaban, y una cara completa era una fotografía enorme de Weissmuller que recorté de una revista.

ybris dijo...

Leí todos los libros de Burroughs junto con los de Verne, Salgari o Richmal Crompton. Ví todas las películas que pude.
Sólo me faltó ser buen nadador como tú
Recordarlo ahora al hilo de tus palabras significa volver a lo que nunca dejé de ser.
Esos recuerdos son lo más limpio del pasado que conservo.

Un gustazo pasear contigo por aquello.

Abrazos.

Tempero dijo...

El río que nos lleva, Pedro. ¿Eh? Vaya buen título para una novela. Imagino que narra a unos cuantos hombres metamorfoseados en madera, ¿y cuánta gente no se siente talada?, gente que ya derrama sus brazos por el río hacia un Aranjuez de Reyes, palacios y jardines. La diferencia entre los troncos reales y tú/nosotros, que a ellos los tiran y tú/nosotros nos tiramos, y al poco aparecen los gancheros, eh, vosotros, adónde vais, y contestamos con las gárgaras de un ahogo apropiado, y los gancheros entonces nos dan media vuelta, que somos útil madera que serrín sobra mucho, y cuando llegamos al embarcadero notamos la puya visceral del ganchero, el río a esa altura esta teñido de la elemental sangre del pasado, y gritamos para fingir que no somos madera, pero ya es tarde. El último grito será frente al aserradero. Pero eso será la segunda parte de el río que nos llevó. O que nos lleva.

Buen día, Pedro.

Pedro M. Martínez dijo...

La mujer lobo Madame Vaudeville. Me asustas. No estoy para gritos (aunque sean a la luz de la luna). Anda, ven, susurrémonos.

Pedro M. Martínez dijo...

Me hubiera gustado ver esa carpeta Tesa.
Eras una adelantada del retro.
Un abrazo.

Pedro M. Martínez dijo...

ybris, te has dejado a Karl May con sus Old Shatterhand y el indio apache Winnetou. Y a tantos. En una época gris estos personajes lo llenaban de color.
Bueno, eso me contaba mi padre.
Yo leía, nadaba y, sobre todo, vivía, aprendía.
Creo que no fui muy buen alumno, aún no sé nada.
Un abrazo entre la nostalgia.

Pedro M. Martínez dijo...

Coño, Tempero, no acojones, tan de mañana.
Deja el aserradero, ya vendrá, de momento vamos a empezar la semana con optimismo y buen humor, no llueve, 12º, el trabajo esperando, hale, vamos.
Antes, te abrazo, chaval, buena semana

ana p. dijo...

Este finde pensaba yo sobre el paso del tiempo y como acumulamos experiencias, amigos, cultura, primeras veces.... Como una larga cadena formada por esos eslabones, y nuestra mirada al final, condicionada ya por lo que fue, lo que es, no podremos mirar lo que vendr´´a con los mismos ojos, con la misma simplicidad e inocencia. Ya nunca mas seremos inocentes.... y pese a todo seguiremos buscando.
Un besito de mariposa

Arantza G. dijo...

Para mí, Tarzán era un hombre que siempre rescataba a Jane de todos los bichos.
Bueno...y el golpe de pectorales...noooooo.
Un beso, caballero.

pepa mas gisbert dijo...

Quizás seamos nosotros los que no hemos soportado el paso del tiempo.

Un abrazo

Pedro M. Martínez dijo...

ana p., no quiero llevarte la contraria, pero, por suerte, todavía miro muchas cosas con auténtica inocencia.
Y es que además quiero que sea así, no quiero ser tan cínico, tan de vuelta.
Prefiero ir.
Un beso de lepidóptero

Pedro M. Martínez dijo...

Es que Jane era muy torpe Arantza G..
Y Tarzán muy majo, cómo saltaba el chavalín.
Jajajajajajajajaja
Un beso, preciosa.

gaia07 dijo...

A mi me impresionaba ver que con la misma facilidad con que manejaba el cuchillo cogia a Jane. La subia, la bajaba, se la cargaba al vuelo como una pluma y todo con una mano.
Me dejaba boquiabierta. La idea de que gritara ella también para llamarle fue genial, era el momento de prestar atención para no perder detalle de cada movimiento acrobático.

Besos.

Pedro M. Martínez dijo...

Es que el paso del tiempo es muy difícil de soportar. mi nombre es alma. Fíjate que cuando pasa mucho, de la rabia que te da, te mueres.
Es así.

Pedro M. Martínez dijo...

O ye gaia07, pero qué mayores sois todos, unos viejunos.
Y me sorprende que tú, con lo que eres, aceptes ese manejo, con una mano, de una mujer...jajajajajajajajajajaja
Menos mal quen el grito les igualaba Tú Jane, yo Tarzán,
Andaua, andaua (que decían los porteadores)

Shandy dijo...

¿Qué es lo que ha cambiado? Pues eso, la mirada. Pero yo creo que es mejor la de ahora, porque es una perspectiva más amplia y en ella todo cabe, la de ayer y la de hoy. No hay la misma ingenuidad, pero está la memoria para recuperar momentos del pasado y atraparlos en los olores, sabores, miradas, tactos, y ponerle palabras como tú tan bien sabes hacer. No desaparece de todo la mirada de ayer, y bueno es evitar perderla.
Lo que sí es patético es "aullar" como en los viejos tiempos, pretender ser lo que se fue, un calco absurdo, y no aceptar(se) el paso del tiempo.
Buenas noches y besos

Nikté dijo...

Recuerdo que las veía comiendo aquellas galletas, creo que se llamaban Rio o algo así, esas que tenían un agujero y te las metía en el dedo, y soñaba no ser Jean, bueno Tarzán tampoco, yo quería ser chita.

Es curioso, ahora leo la Odisea y estoy empezando a disfrutar de nuevas aventuras, tal vez recobre el de Alicia en el País de las Maravillas, es necesario.

Un beso Pedro.

Sabes que siempre estoy trás el espejo, dejándome llevar por tus fantasias y las que no son tanto.

PD: Ahora paso mi tiempo libre dibujando, hay un ratón que no me sale.

gaia07 dijo...

Mira que eres malo jajajajajajajaja

En esa parte de la vida solo te enseñan lo bueno, lo que siempre apetece que te ocurra a ti.
Lo otro, lo desagradable, dejan que lo descubras por ti misma. Sería mucho menos ingrato si al menos te revelaran que lo bueno no es tan bueno.

Solo por no desproticar demasiado contra el mundo, hace un sol de órdago, no se lo merece el día.
Un beso sin manos ;-P

PS. Lee despacio a Shandy, te lo dice todo.

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