viernes, 2 de octubre de 2009

Escrito el miércoles.

No digáis de mí que, débil, decliné
los trabajos de mis mayores, y que huí del mar
de las torres que erigimos y las luces que encendimos,
para jugar en casa, como un niño, con papel.

(Stevenson)





Hay días en los que los dedos se me cruzan y no acierto a escribir o resulta que el silencio se aposenta en mis sienes y debo hacerme agujeros en la nuca para que circulen las ideas, para que salgan los sentimientos, para que entre lo que veo con mis ojos y lo que veo no se produzca un violento choque que termine con este simulacro de arte solo para que los días se ajardinen y un operario de pecho inflado alimente con una pequeña regadera las macetas alineadas sobre la repisa de los lunes, el cobijo del alfeizar de los jueves, la fiesta puntual de la mediodía de los viernes, enanos de gorros rojos con gesto malhumorado y tijeras de podar, canciones bajo el manzano, hierba que crece acariciada por insectos melancólicos, la fiera enjaulada junto a la verja rugiendo y lanzando zarpazos al aire de la mañana, una dama bordando en la almena, los agoreros que dicen que lloverá los próximos meses, claro, viene el invierno, así cualquiera acierta, también es fácil acertar que si el BBVA ha reservado 52,5 millones de euros para que sean recibidos a modo de pensión vitalicia por su ya ex consejero delegado José Ignacio Goirigolzarri, jubilado de ese puesto con 56 años, alguien los pagará, alguien dejará de pagar algo básico para su vida, perderá su piso, su empleo, el futuro de sus hijos, sin el más mínimo principio moral, con su norma, su normalidad, sin hacer demagogia aquí, sin sentido, sin que nadie salga a la calle y queme todos los bancos del mundo con esos innombrables dentro, tanta miseria para unos y ese insultante cantidad de dinero para uno, para tantos, tantos chupando, hundiéndonos la vida, políticos blandos, protegiendo su chiringuito, su parcelita, ¿su ideario?, venga ya, ¿qué hago aquí escribiendo estas insensateces?, siguen llegando los diferentes, pasan a nuestro lado, hablan y no les entendemos, ni siquiera les miramos, excepto que estén muy junto a nosotros y nos apartamos, no vayan a tocarnos, no vayan a hacernos algo, algo es nada y nada es pasar los días sin ilusiones, sin aceptarnos ni siquiera en el espejo, sin querernos, no lo entiendo, a cada uno nos toca lo que nos toca y es inútil pedir cambios milagrosos, no hay ventanilla de reclamaciones, no me gusta mi cara, no me gustan mis caderas, no me gusta mi vida, pero ¿qué dices? si no te escuchas ni a ti mismo cómo quieres que te escuche alguien que no existe, no es conformismo es que no hay más, se cambian vidas, cambio mi cuerpo por tu alma, cambio tu juventud por mis músculos, no te cambio mis ganas de vivir aunque me lo pidas de rodillas, me gusta este palíndromo yo soy, desde el fondo de la casa Mayte me dice que si no tengo nada más que decir mejor es que me calle ya, pero hay instantes en los que no me puedo callar y recuerdo que en abril de 1917, Lenin viajaba hacia san Petersburgo en un tren precintado que revolucionaría el siglo XX ¿sabes algo de esto?, ¿no?, pues entra aquí, o entra aquí si quieres saber porqué la indecisión del mariscal Grouchy, en un solo minuto de catástrofe, terminó para siempre con el imperio de Napoleón en el campo de Waterloo, lo que tampoco sabes y te lo digo ahora, es que quedan varias colaboraciones por salir aquí y que saldrán, seguro, excepto que este ordenador o su usuario exploten con todo su contenido y mañana sea una fecha indefinida en la que sigan llegando vuestros poemas y cuentos y amables palabras y todavía espero alguna colaboración más ¿la tuya?, anda, rápido que bajo la persiana, como ahora. Mañana más.





8 comments :

 Mayte dijo...

Hay momentos que son indefinibles y que lo transforman todo, nuestro pequeño o el gran mundo donde todo sigue de alguna forma convergiendo, como las palabras aquí y fuera de aquí, como este tazón de arandanos y la sonrisa que te dejo, desde mi charco.

Bikiños y salgo de puntillas. :p

Pedro M. Martínez dijo...

Mayte, fue en una curva, quizás la tomé demasiado abierta, quizás lo hizo el conductor del camión que venía de frente. Fue ese momento, perfectamente definible en este caso. Mi coche se desvío hacia un talud, muchos metros, después se deslizó sobre dos ruedas antes de volcar. Ahí abajo, con la cabeza sobre el asfalto, el tiempo se hizo eterno, todo se transformó, sí, paso la vida, comprimida, ante mis ojos.
Ahora miro tu tazón de arándanos y sonrío con tu sonrisa.
Besos de viernes

Tesa dijo...

Vaya reparto de bienes, socio.
La pensión de Gorigolzarri no la cobra mi padre en una tarde.

Arantza G. dijo...

No hay ventana de reclamaciones...¿y derecho a la pataleta?
Están ocurriendo demasiadas cosas que no nos gustan...
Besos, muchos.

Xaneira dijo...

Stevenson, en sus 'Ensayos literarios', Ed, Hiperión, en su parte dedicada a los BOCETOS dice del Satírico:

'Nuestro satírico, pensé, ha penetrado en el prójimo lo suficiente como para saber que la apariencia es falsa, pero sin preocuparse de cavar más hondo y descubrir lo que realmente es verdadero. Le basta con saber que las cosas no son lo que parecen, y de ello deduce que no existen en absoluto. También advierte que nuestras virtudes no son lo que pretenden, y por eso nos niega la posesión de toda virtud. Ha aprendido la lección según la cual no hay hombre enteramente bueno; pero ni siquiera la sospecha que existe otra igualmente verdadera, a saber, que ningún hombre es enteramente malo. Como el morador de una estrella coloreada, tiene ojos para ese color solamente.'

gaia07 dijo...

Que no Pedro, que no te calles nunca, produce todos los violentos choques que hagan falta para que los días se ajardinen con flores, rugidos e insensateces, que resulta ser la única forma de remover las conciencias, diciendo, dejando decir y cogiendo trenes para revolucionar el mundo.
¿Quién sabe? Lo mismo llegamos a sentarnos junto al futuro restablecedor de banqueros a usureros y de religiosos a practicantes de la pobreza.
Amen.

Te beso.

pepa mas gisbert dijo...

Yo soy. Y hay días en que las ideas estallan en mi cabeza, se pelean, discuten y debo hacerme agujeros en la nuca para que no se asesinen unas a otras. Y quiero que los días se asilvestren con tomillo que no necesita de riego pero si de lluvia, hay agoreros que dicen que lloverá los próximos meses en su bola mágica de lo cotidiano y lo puntual y encima hasta quieren cobrarme por contarme aquello que veo mirando al cielo y a tu corazón. Yo soy sin ninguna circunstancia que modifique que seguiré siendo por los años de los años.

Un abrazo, me gusta volver a leerte en tu salsa

LA ZARZAMORA dijo...

Será que nunca fui yo, por eso no pude comentarte antes.
Besos.

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