miércoles, 9 de septiembre de 2009

Amor en el patio de vecinos.

Me gustaría que creyeras
que esto es el irrisorio juego
de las compensaciones
con que consuelo esta distancia.
Sigue entonces danzando
en el espejo de otro cuerpo
después de haber sonreído
apenas
para mí.

(Cortázar)

No llores, reina de mis sueños, en un patio de tijeras y mariposas desde donde antes escuchaba tu voz cantarina y hermosa. No ahora que estoy sereno tras un día lleno de visitantes melancólicos, ancianas aún buscándose, adolescentes cansados. Recorro con el dedo un rastro imaginario de salamandras y ternura.

No llores, no cualquiera goza de un milagro. Nosotros sí. Yo sí. Y tú, espero, porque te quiero cuando gimes sobre mí y antes y ahora que pasaba el tiempo y no te tocaba, solo te escuchaba por el teléfono, tal parece que vivimos en países diferentes, no parece que me asomo a la ventana y te veo, ahí enfrente, atareada, limpiando tu casa, un patio de vecinos nos une, la maceta de geranios, una señal que anuncia la fiesta, salir alegre a la calle, dar la vuelta a la manzana, subir apresurado las escaleras, eludir a las comadres, amarte durante las horas de colegio de tus hijos y la compra en la plaza, Julian, tu marido que tanto viaja y trabaja, el recurso de mi amistad con él, ese que ahora entra, ese que se acerca confuso y titubeante, que me mira desnudo sobre su cama, sobre su esposa.

No llores, ya no. Te lo dije, algún día se iba a adelantar. ¿Ves? no ha ocurrido nada. Y Julian y yo te amamos tiernamente, te acariciamos con aplicación, con la total dedicación de dos hombres enamorados, con la justa equivalencia de una amor compartido. Te queremos.

Es lo que hay.



28 comments :

Tinta de aterrizaje dijo...

Llorar, sí, mientras se llenan los ríos de la querencia, mientras se desagua el pecho.

Besos.

 Mayte dijo...

Tantas miradas tiene el querer...

Un bikiño y salgo de puntillas... ;)

Pedro M. Martínez dijo...

Tinta de aterrizaje, llorar como defensa, como huida, yo qué sé, en los patios de vecinos pasan tantas cosas. Besos

Ventana indiscreta dijo...

A huevo me lo has puesto hoy:

'Por tu amor lloré bastante, un río, de boba.' ¡Santa Lupe!

Después de escuchar la biografía de La Lupe en tu otro cuaderno, no lloro más.

Te queremos, cómo no.

Para ti:

http://www.goear.com/listen/b31f5a1/Yo-no-lloro-más-la-lupe

Pedro M. Martínez dijo...

Mayte sí, es lo que tiene el querer, que empiezas y no sabes cómo acabas.
O sí.
Bikiños varios

Pedro M. Martínez dijo...

Ventana indiscreta ¿Quiénes? Sin nombres no hay paraíso. Lo del querer (me), digo. De la Lupe he escuchado (casi) todo. Escucho mucho. Y digo (algo). Procuro no repetir (lo). Y es que todavía tiene que llover a cántaros. No hemos mejorado demasiado. Aunque el tiempo, ay, pasa. Pero hoy, también, estamos aquí. Hola. Agradézcote, tanto. Y te mando un beso desde la punta de mis dedos.

Belén dijo...

NO hay que llorar, y menos cuando hay tantas manos acariciándote...

Besicos

Tesa dijo...

Se ha de contar con un buen armario o una cama alta, para esconder la culpa y evitar estas sorpresas.
Y un buen oído, y estar a las dos cosas, la faena y la vigilancia.
Y sobre todo, no ha de olvidarse pronunciar la frase (aunque te pillen con el cuerpo del delito encima ...incluso dentro): Esto no es lo que parece.

Pedro M. Martínez dijo...

Belén, ole, deja de llorar por mí que no lo merezco, yea, que dice la canción. La vida está llena de canciones, unas alegres otras tristes, reflejo de lo que pasa, de lo que no pasa, como se puede querer a dos hombres a la vez (y no estar loca), pues eso.
Se le aprecia, oiga. Besicos

Pedro M. Martínez dijo...

Tesa cierto, lo del armario, ropero por más señas. Salir del armario. O entrar.
Pues, fuera de bromas, un día tuve que esconderme en un armario. No vino el esposo de la mujer con la que yacía, no, vino su abuela. Lo juro. MC me invitó a su casa, un piso grande en el centro de Bilbao. Cuando estábamos en la faena (y de qué manera) escuché por el pasillo una voz temblorosa que decía “Nena, nena ¿dónde estás?. Y allí que me metí a un armario, desmotivado ya, desganado. MC, esplendorosa en su desnudez (qué cuerpo tenía MC), acompañando a su abuela a su cuarto, estaba dormida, con este calor. Salí del armario (eh, sin bromas), me vestí y sigilosamente me fui como había venido, es decir sin venir (me), sin culminar la faena (qué rabia).
Con el tiempo MC se casó con un alemán y actualmente vive en Berlín (sigue esplendorosa).
Por cierto, nunca más he vuelto a tener que meterme en un armario. Ni salir de uno.
En un balcón sí que he tenido que esconderme, pero esa, ya, sería otra historia.
Ya ves, Tesa, esto tampoco es lo que parece.

pepa mas gisbert dijo...

Pudiera parecer frivolidad pero es un hecho psicológico y hasta si me apuras, filosófico, nada une más que una maceta de geranios en un patio de vecinos.

Un abrazo

Xaneira dijo...

Sin que llegues a estudiar mi caso, sin que llegues a creer que culturizo, simplemente divertimento y un aúpa a lo literario:

Cap. 73, RAYUELA

Sí, pero quién nos curará del fuego sordo, del fuego sin color que corre al anochecer por la rue de la Huchette, saliendo de los portales carcomidos, de los parvos zaguanes, del fuego sin imagen que lame las piedras y acecha en los vanos de las puertas, cómo haremos para lavarnos de su quemadura dulce que prosigue, que se aposenta para durar aliada al tiempo y al recuerdo, a las sustancias pegajosas que nos retienen de este lado, y que nos arderá dulcemente hasta calcinamos. Entonces es mejor pactar como los gatos y los musgos, trabar amistad inmediata con las porteras de roncas voces, con las criaturas pálidas y sufrientes que acechan en las ventanas jugando con una rama seca. Ardiendo así sin tregua, soportando la quemadura central que avanza como la madurez paulatina en el fruto, ser el pulso de una hoguera en esta maraña de piedra interminable, caminar por las noches de nuestra vida con la obediencia de la sangre en su circuito ciego.
Cuántas veces me pregunto si esto no es más que escritura, en un tiempo en que corremos al engaño entre ecuaciones infalibles y máquinas de conformismos.

Besos.

Pedro M. Martínez dijo...

mi nombre es alma, una pregunta ¿Te refieres a antes o después del coito?
Sé que no es una frivolidad, de hecho lo que cuento es una historia real (no me ocurrió a mí pero lo sé de buena tinta –china, la tinta-)
La filosofía que empieza en determinadas partes del cuerpo humano y luego se extiende al cerebro puede terminar en una dependencia psicológica, una adicción que te pasas el día mirando si está la maceta de geranios.
Y es que no tiene enmienda.

Un abrazo (sin geranios, ni Julianes)

Pedro M. Martínez dijo...

Xaneira, has tocado mi punto débil. Rayuela es –para mí- una cumbre, un no va más, lo máximo. Cada vez que lo leo –y no sabes cuantas veces lo he leído- encuentro algo nuevo, diferente, mágico. Fíjate en ese caminar por las noches de nuestra vida con la obediencia de la sangre en su circuito ciego.
Agradezco tu colaboración y te pido disculpas si alguna vez mi tono roza lo borde
por cierto ¿Dónde puedo encontrarte?
Besos.

Arantza G. dijo...

El deseo de lo prohibido, de lo que es de otro-a hace que nos compliquemos la vida.
Pero...qué aburrida sería la vida sin "esas complicaciones...
Besos

mabel g. c.© dijo...

La mención de saberlo de "buena tinta" me ha consolado. La realidad y generalidad me pueden, me imaginé al menos uno o dos ojos morados. De parte de Julián, no de los geranios...

Es un consuelo porque aborrezco la violencia.

Tempero dijo...

Te dije de aquellas escaleras y su retiemblo. Y no era el peso nuestro, ni nuestra apresurada ligazón. Por ellas sabía el incremento de nuestro sexo. Si hubiesen podido hablar, no crujir, al momento nuevo de pisarlas nos hubiesen sobornado con su papel inmediato: ascendernos.

Abrazos desde mi corrala, Pedro.

Pedro M. Martínez dijo...

Bueno Arantza G., ser de otro/a es una forma de decirlo. Cada uno es de sí mismo y...
Perdona, un momento.
sí, cariño, ahora voy, ya lo recojo, ahora mismo, como tú digas cariño, lo siento
Pues eso, decía que cada uno es de sí mismo y (etc, etc)
Besos

Pedro M. Martínez dijo...

Me alegro de su consuelo mabel g. c.. Para su total y absoluta tranquilidad le diré que Julián es un tipo formidable, comprensivo y muy tierno. De hecho el mismo me regalo el geranio (no confundir flores con frutos).
A mí tampoco me gusta la violencia, es más, cuando alguien utiliza la violencia en mi presencia le parto la cara.

Pedro M. Martínez dijo...

Eres un exagerado Tempero (con perdón), eso de por ellas sabía el incremento de nuestro sexo, leches, pareces del mismo Bilbao. Un poco fantasma ¿no? Bueno, o no, en mi caso no (por ejemplo), que de ascensiones sé algo. Y que el geranio me lo fumo (y no sabes cómo coloca)
Abrazos, campeón.

Tempero dijo...

http://tempero-koroneiki.blogspot.com/

He aceptado mi exageración. No me ha quedado más remedio que añadir dos versiones al relato. Versiones hay muchas y las ganas no se deben desperdiciar.

Abrazos, campeón.

Shandy dijo...

Si la quieren los dos, entonces ¿Por qué llora? mmmmm... Se pondría contestar con un simple "que raras son las mujeres". Pero no, esa respuesta no me es válida... Y ¿cuál es la justa equivalencia de un amor compartido?
Pedro, perdona, son preguntas retóricas.

Me gusta la historia y el texto de Cortázar.

Y los sentimientos no entienden de moral.

gaia07 dijo...

Sinceramente, esto sí es una definición de amor verdadero.
Ya quisiera haberla imaginado el mismo Ovidio.

Un abrazo.

Pedro M. Martínez dijo...

Tempero, a veces, solamente a veces, se me queda la cara como una pared de esas donde cuelgan anuncios, “se vende piso”, “coche de segunda mano, económico”, “hay fresas”.
Pero enseguida se me pasa.

Pedro M. Martínez dijo...

Realmente no lo sé Shandy, si pone luego el geranio se lo pregunto. Personalmente creo que es de gustito, que le gusta vamos. Y es que Julián y o, en faena, somos mucho (modestia aparte).
Otro día hablamos de moral
De momento este beso.

Pedro M. Martínez dijo...

gaia07, es que el amor es así, reina.
Unas tanto y otras tan poco.
No somos nada
Pero abrazamos

ANÓNIMA ( con mayúsculas) dijo...

Oye, qué sortuda la del relato ¿no? y también ¿por qué nadie te comenta los relatos de ayer?

O mejor: ¿por qué ahora - Abril 2011 - te comentan tan poco y siempre las mismas?

Más mejor: ¿por qué te sientes tan protegido detrás de las públicas letras?

Vale, dejo de tocarte las raíces.

Pedro M. Martínez dijo...

ANÓNIMA ( con mayúsculas, qué manía), cariño, puedes tocarme las raíces y/o todo aquello de mí que te pueda resultar apetecible, deseable o simplemente curioso, como curiosa es tu preocupación por los/as que me comentan asiduamente, por los/as que ya no me comentan, por los/as. No te preocupes, a mí no me preocupa. Escribo para protegerme de la desmemoria, para saber, para que sepan. En estas páginas hay un curioso adminículo que mide las páginas visitadas, pues bien, las cifras crecen en proporción inversa al decrecimiento de los/as comentaristas, casi en la misma proporción en que esos nombres tienen cara y manos (labios a veces) y ya no somos glup`s y otros absurdos nicks, apodos, etc.
No lo había pensado nunca eso de ¿por qué te sientes tan protegido detrás de las públicas letras?. la verdad es que creo que es justo lo contrario, estoy desprotegido en todos los sentidos, en lo que digo, en como lo digo, en a quién se lo digo.
Y ya.
Ahora nos acurrucamos y disfrutamos de la ternura, sin palabras, sabiéndonos, a pesar de tanto o justamente por eso. Te quiero (tocaraíces)

Mi foto
Bilbao, Euskadi
pedromg@gmail.com

Creative Commons License Page copy protected against web site content infringement by Copyscape ecoestadistica.com site statistics

Vistas de página en total

Lo que hay.(Desde 08.02.07)

Se quedaron

Así vamos

Aquí desde 08.02.2007

(Antes en Blogia desde 07.2004)

(Y mucho antes en "La tertulia en Mizar")

6.756 entradas