lunes, 23 de marzo de 2009

On ne peut pas ètre heureux tous le temps.

(Yahveh le dice, a Job)

¿Dónde estabas tu cuando fundaba yo la tierra?.
¿Quién fijó sus medidas?, ¿lo sabrías?,
¿quién tiró el cordel sobre ella?
...
¿Quién encerró el mar con doble puerta,
cuando del seno materno salía borbotando
...
cuando le tracé sus linderos
y coloqué puertas y cerrojos?
¡Llegarás hasta aquí, no más allá- le dije-
aquí se romperá el orgullo de tus olas!


Y sigue en un lenguaje poético y divino...



Pasa la tarde del domingo del regreso, con la sábana de la soledad tapando mi corazón que no sabe estar sólo, con tangos que canta Adriana Varela dejándome aún más triste, con silencio después, con recuerdos, con no querer salir a las calles ruidosas.

Lo sé, no sabría, no podría vivir solo, tengo demasiado dentro para compartir.

Ayer fue un sueño, Burdeos fue un sueño, tú eres un sueño.

Y yo soñándote.
Solo, triste, soñándote.
Quisiera oír tu voz.




20 comments :

Ventana indiscreta dijo...

'No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió'. Varela o Sabina, tanto da en la razón que vierte esa frase.

Besos.

Tempus fugit dijo...

Tienes mucho que compartir... y te agradecemos lo que compartes con nosotros, aquí.

En cada regreso dejamos algo allá.

un abrazo, maestro.

gaia07 dijo...

Muy interesante esto. Eliges tu tiempo de tristeza, con la parte de tristezas que te gustan, de manera que lo que venga después ha de ser alegre. Cualquier cosa que ocurra será alegre, dado que no quieres estar triste.

Me hace pensar que te lo has pasado muy bien, no hay que dejar que te hagan sentir culpable, solo es pura envidia de no poder ser efímero y valorar la mentira, la ansiedad y la pasión de la misma manera.

Un beso tranquilo con cariño.

mirada dijo...

Con ustedes: Rachel Larieff en Cómo ser feliz todo el tiempo

http://www.rachelarieff.com/comoserfeliz.html


Ah por cierto, ¿tu sabías que me encanta hablar?...

¡qué bonito Saint Emilión! No era nada pequeñito el santo... vale, vale, jajaja, es malísimo el chiste.

Besitos, muchos.

Tempero dijo...

¿Y te quejas tú? Tú y tu sábana de la soledad. Mira que yo soy condescendiente contigo. Selo tú conmigo también. Tú, que te abrigue aunque haya distancia, sí, ya podrás estar con tu sábana de tergal que yo, aunque me sueñes, aunque me demandes, estoy tan derrotada que mis caños no vierten ni aire, gimo en la helada de esta mañana perversa de nostalgia y ni una manta mulera me restañaría, que no, que no puedo ser feliz todo el tiempo, que la felicidad estima el tiempo justo, se queda ahí recortando la inclinación del deseo. Si tu fueses león y yo gacela me hubieras devorado y ya está, que el concierto en la sabana es así de canino, de suculento, pero no, tu vas de desdentado y aún así me dejas marcada y sintiendo un enorme frío.

Abrígate, por favor.

Arantza G. dijo...

poniéndole cerrojos al mar..., eso hacemos con nuestra vida, así nos va.
Al final solo nos quedará la tristeza con quien conversar.
Tú probablemente harás un akelarre con la tristeza.
Un beso, el que te guste.

Єѕтnoм dijo...

El teléfono existe!!

;-)

Pedro M. Martínez dijo...

Єѕтnoм, ¿seguro?, cuando me fui el viernes todavía no lo habían inventado.

Regreso al futuro IV.

Pedro M. Martínez dijo...

Pesimista Arantza G., a mi me va bastante bien, con cerrojos y descerrojado.

Por eso procuro capear las tristezas, que las hay, claro, pero intento equilibrarlas.

Si no…vaya rollo

Pero, claro, cada uno sabe lo que le pasa.

Un beso de albaricoque.

Pedro M. Martínez dijo...

Tempero, sé que sabes, que conoces muchas cosas de mi pobre vida.

No sabes que he sido torero.

Toreo de salón, en tentadero, en los campos de Salamanca, en plazas chicas y en la Maestranza, de rodillas y de espaldas, de frente y de perfil.

Me gusta vestirme de luces sobre todo por lo que me marca (incluido el relleno)

Toreo con los ojos cerrados ya que el rojo me excita.

Sí, el rojo me excita, me pongo como loco. (y con los pasodobles, más)

Al cerrar los ojos el morlaco pasa (con sus cuernos) a uno y otro lado de mi cuerpo tembloroso y pinturero, valiente o inconsciente, torero (¡torero, torero!).

Vamos, que me juego la vida (ay, vida)

Es un problema esa dicotomía, ese torear y entrar al trapo.

Por eso ya solo toreo de salón, es menos vistoso pero también menos peligroso.

Y no entro al trapo.

No por falta de ganas, no, por falta de tiempo.

También porque el rojo ya no es lo que era (aquellos rojos andaluces, cuando el sol se ponía justo detrás de Santi Petri)(o en Fisterra. Que ahora es moda que cuatro capullos aplaudan cuando desaparece- el sol- , serán tontosdelculo)

Que me refresco la frente y me voy al campo.

Cusha los mugidos, están ahí, me llaman, ¡¡¡Vooooy!!!

Lo primero es lo primero, otro día sigo.

Pedro M. Martínez dijo...

Habladora Mirada, escucha, muy interesante lo de Rachel Larieff

Ser feliz todo el tiempo es inhumano.

Como no verte en tanto tiempo.


Saint Emilión es una joya!

Saint Emilion (en francés, Saint-Émilion) es una pequeña ciudad cerca de Burdeos, Francia que es conocida por el vino epónimo que se produce en sus alrededores.


La historia de Saint Emilion se remonta a los tiempos prehistóricos y es un lugar Patrimonio de la Humanidad, con fascinantes iglesias románicas y ruinas que se dispersan a lo largo de calles estrechas e inclinadas.

Los romanos plantaron viñedos en lo que se convertiría con el tiempo en Saint Emilion ya en el siglo II a. C. En el siglo IV, el poeta latino Ausonio alabó el fruto de la copiosa vid.

La ciudad fue bautizada por el monje Émilion, un confesor viajero, que se estableció en una ermita excavada en la roca aquí en el siglo VIII. Fueron los monjes que lo siguieron quienes comenzaron la producción comercial de vino en la zona.

Saint Emilion se encuentra 35 kilómetros al noreste de Burdeos, entre Libourne y Castillon-la-Bataille, con una altitud media de 23 metros sobre el nivel del mar.



Besos.

Pedro M. Martínez dijo...

gaia07, este es el blog glup, nada de lo que diga/escriba podrá ser utilizado contra mí

Blogger me presta el espacio, algunos músicos sus canciones (ya sabes que los tengo ahí abajo poco tiempo, que los cambio con frecuencia), las fotografías, dibujos, ilustraciones, las robo (pongo el nombre del artista cuando lo sé y sé hacerlo), con cuatro cosillas que escribo ya está la página.

Soy un quinqui del blog

Lo que digo/escribo no tiene demasiado que ver conmigo (o con mi conmigo actual).

Siempre he defendido que esta página tiende a lo literario.

A ti, querida mía, te lo puedo decir, esta página tiende (ahora) al marketing.

Jajajajajajajajajaja.



Muchas veces escribo sin mirarme.

Otras veces me miro tanto que no me veo.

Sé quién soy con dificultad.

Por eso sigo aquí.

Aquí soy y no soy.

No me hagas caso.

Ay, preciosa, este puente me ha dejado p´allá.

(por cierto, Burdeos resplandecía)

(Y en –España se come –y vive- muchísimo mejor)

Un beso bajo la parra.

Pedro M. Martínez dijo...

De cenizas, todos compartimos, sentimiento, arte, tiempo, dedicación.

Somos generosos

O necesitados.

O desocupados.

Algo somos, seguro.

Un abrazo



Por cierto, no quiero contradecirte, pero nunca he sido maestro en nada.

Pedro M. Martínez dijo...

Pues sí Ventana indiscreta, tienen razón Varela o Sabina, monta tanto...

Aunque no sé quién de los dos monta más.

En el plano musical, claro.

A Adriana Varela le citaba Vázquez Montalbán en una de sus novelas.

Me gusta más cuando canta tango que en ese casitango.
Besos.

Tempero dijo...

Te equivocas Pedro, no sé nada de tu pobre viva y entro al trapo y me gusta el rojo tanto o más que a ti. De Joaquín Vidal, cronista literario, al que jamás se acercará nadie, y que tristemente nos dejó, aprendí el axioma del perfecto toreo: PARAR, TEMPLAR y MANDAR. Me gusta que tu plaza sea al menos sea de primera, como la Ilumbe, plaza literaria, se entiende. Yo no Mando, tú mandas, Templar sí sé y me sé, y Parar se parar, a tiempo y a destiempo. Me gusta que el castoreño pique de frente, que los caballos no lleven peto y que lo hagan en el morrillo y no en la columna.

Abrazos.

Pedro M. Martínez dijo...

Coño Tempero, pues no me parece bien, la verdad, que´sta uno ici cada día dejándose el alma, sus tribulaciones, una sonrisa, gladiolos, pistas que conduzcan a la antesala de lo que es y vas tú y me dices que no sabes nada de mi pobre vida, pues no, eso no está bien, que sé que me equivoco, como no, bastante, con reiteración, una y otra vez, venga de equivocarme, obstinado, que tal parece que me gusta, y no, es incapacidad, de acertar más que nada, atinar, embocar, que patino, ni…perdón, un momento, que citas a D, Joaquín, ea, lee...

Plaza: Vista Alegre, Bilbao
Terna: "Joselito"; Enrique Ponce; Jesulín de Ubrique
Toros: Torrestrella y Lamamié de Clairac
Fecha: 26 de agosto de 1995


A los toros les da por morirse, qué traviesos. Antes les daba a los toros por caerse -unos morrazos mayúsculos, unas panzadas de abrigo-, pero ahora prefieren irse muriendo poco a poco mientras los toreros se ponen farrucos y hacen como que los torean. Algunos son tan ansiosos, que se pasan y salen ya muertos. A otros, en cambio, les da por beber.

Toros de todos estos gustos y temperamentos salieron en la importante, mundial y mítica feria de Bilbao. Nadie podrá decir que la corrida de Torrestrella, a cuyo hierro pertenecían, no era variada. Desde los muertos vivientes al que se murió por las buenas, pasando por uno que apareció cantando La del soto del parral con una cogorza como un piano, hubo donde elegir.

Por haber, hasta irrumpió un salpicao capirote de bonita lámina, que embistió según recomendaban las antiguas tauromaquias. Ese toro hizo quinto y la faena que tuvo a bien instrumentarle Ponde duró más que Lo que el viento se llevó. Empezó con ayudados enjundiosos y siguió por derechazos, divididos en tandas surtidas: unas con enganchones, la siguiente sin ellos, otra destemplada. El molinete y la trincherilla sirvieron de transición para perpetrar unos naturales astrosos. Pero no había de quedar ahí la cosa: volvió a los derechazos, hasta agotar la paciencia de los más santos, acabó con un infamante bajonazo y le dieron una oreja de Bilbao.

¿Quién ha dicho que eso es torear?. ¿Quién ha dicho que torear consiste en ponerse a pegar derechazos a destajo?. ¿Quién ha dicho que merezcan una oreja diez minutos largos de monserga -fueron doce-, desesperante repetición del tema, la música tachín-tachín, el público callado a la espera de que llegara el pase de pecho para aplaudir, el trabajador poniendo posturas y marcándose contoneos?.

Torear, si el toro desarrolla encastada nobleza y hay en el redondel un diestro de arte y torería, ceñimiento y ligazón, es mando y templanza; es fundir la suerte con el toro encelado y embebido; son olés profundos, emoción; y a la docena de pases, acaso docena y media -tres o cuatro minutos de reloj bastan- ya está el público en pie, el toro sometido, ganada la oreja, un clamor en el graderío, entusiasmo, apoteosis.

Eso es torear; eso es ser maestro y ostentar la categoría real de figura del toreo. Estos otros que necesitan acumular pases hasta el agotamiento -cualquiera de la terna: Ponce, "Joselito" y "Jesulín", son ejemplos paradigmáticos- no pasan de ser unos aburridos pegapases, unos pelmazos insoportables que ocupan sin ningún derecho los altos puestos del escalafón. Los ocupan y permanecen inamovibles en ellos porque han logrado imponer allá donde vayan unos toros a los que les da por morirse, o que salen ya muertos del toril, o que se han mamado la cosecha del 93. Aparecen esos animales, apenas toman un pase ruedan por la arena, esbozan un rictus de contrariedad las figuras, van a cobrar, sus corifeos les disculpan poniendo el cazo, y hasta la próxima, que será mañana.

"Joselito" dio al primer moribundo de la tarde unos muletazos vulgarísimos quitándose de en medio, y el cuarto se le murió. Este torito cuarto le miraba con los ojos entreverados suplicando piedad. Evidentemente no podía con su alma. En cuanto le citó "Joselito" se desplomó y hubo que apuntillarlo. El segundo estaba tal cual y Ponce sólo pudo darle medios pases. "Jesulín" los instrumento más completos al tercero, con inclusión de espaldinas, parones, rodillazos y otros excesos, pues, aunque amodorrado, tomaba con franquía la muletaza ubriqueña.

El sexto apareció convulso, pegaba tumbos, hacía eses y fue devuelto al corral. El sobrero padecía invalidez y con sus medias arrancadas, unidas a sus batacazos, imposibilitó el lucimiento que pretendía "Jesulín" portándole pases hasta la extenuación. Dos horas y media duró aquel petardo de corrida. Dos horas y media tardaron las tres figuras en liquidar el saldo de toros borrachuzos, tullidos y cadavéricos. Dos horas y media de tostón y música maestro, con un elocuente balance final: cinco avisos y una oreja de Bilbao.

D. Joaquín Vidal.


…un maestro, y eso, que decíamos lo del trapo y las mayúsculas, pues nada, que sí, que no aprendo, pero me esfuerzo, que me doy con la cabeza contra la pared, ya se romperá (no sé cuál de las dos), que a pesar de ser (ejem, de haber sido) torero, hace tiempo que no voy a una plaza, y de corridas ni te cuento, que lo que más hago es el Tancredo, que botín es a botón como cojín es a X y me importa tres X que me cierren la edición (que decía Alvaro de la Iglesia), pero que no me cierren el blog, que me dejen tranquilo, que uno es torero pero respeta a los toros, a los monosabios, al reventa de la puerta, a las manolas con sus mantillas y peinetas, al que se duerme en el tendido del 4, y a ese gachó con una rubia del brazo que vete a saber lo que le ha costado la entrada (y lo que le va a costar salir de esta, o entrar), que lo que no sé es parar, que me embalo, que la incoherencia y el desconsuelo se apoderan de mí y una fina lluvia de caracolas hace que los espectadores abandonen el anfiteatro y mañana más que tengo que hacer la cena que no todo es esta risueña manera de pasar el tiempo.

Ah, por cierto, con todos mis respetos (o con muchos), en illumbe, de toros…, prácticamente igual que de futbol. De gastronomía, sí. Y de tocar el tambor.

Segundo Ah, lo del morrillo, que me gusta, tuve una novia con un morrillo abultado y no sabes lo bien que lo pasábamos.

Tercer Ah, lo del abrazo (que se me olvidaba)

Isabel Mercadé dijo...

Como se ha hablado ya mucho, sólo diré gracias. Me encantan tus entradas, aunque no siempre deje aquí consignada mi visita. Las imágenes que escoges, los textos que seleccionas, los tuyos propios...todo.
Un abrazo.

Moony-A media luz dijo...

No, no se puede ser feliz todo el tiempo, pero, nos acostumbramos a serlo a ratitos. Así, nos creemos felices.

Bienvenido de Burdeos. Si quieres oír su voz, llámala ¿si?

No sé, es una idea :)

Me gusta cómo escribes ¿te lo he dicho ya?

Un beso grande.

Pedro M. Martínez dijo...

Menos mal Bel...
Muchas gracias.
Un placer tus visitas.
Abrazos.

Pedro M. Martínez dijo...

Moony-A media luz, no, no se puede llamar a quién no existe.
Imagina que le llamo y se pone.
Oh.
Gracias por tu gusto.
Un beso pequeño
Y otro.
Y otro.

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