jueves, 27 de marzo de 2008

Carta a la amante enferma.



Qué es la magia, preguntas
en una habitación a oscuras.
Qué es la nada, preguntas,
saliendo de la habitación.
Y qué es un hombre saliendo de la nada
y volviendo solo a la habitación.


(Leopoldo María Panero)




Antes de empezar a leer a André Gide ya me ha enganchado. Tú también me has enganchado, bella, que me haces culpable de tus males internos, que me haces sentir como un corruptor de ancianas desvalidas, de inocentes damas otoñales, de infantiles mujeres que caen en los brazos del pecado, del mal, del vicio en compañía que deja tus riñones con habitantes negros, no deseados, víctima precisamente de tus deseos más oscuros, un hombre joven, fornido, de pelo en pecho, que te bese y te toque, que te someta a sus bajos instintos de macho, de gallo, de minotauro hocicándote el sexo, de centauro hablador y festivo que te lleve a su grupa sobre el río que arrastra los interrogantes mientras todos los herreros del mundo te miran con ojos que reprueban y tú viajas en trenes franceses, en aviones que despegan en aeropuertos perdidos en tu mente, que aterrizan en mi alma y ahí te quedas, bicho tú también, enajenada, habitante de mis sueños, mujer fatal que me llenas de urgencias, que me bañas de un deseo creciente, como una marea que me lleva, nadando en tu bajamar, sirena tumbada, desnuda sobre la alfombra llena del germen invisible del dolor, de los microbios suicidas que te transitan, afortunados ellos que te ven por dentro, que te hacen sentir un suplicio, que no te dejan indiferente, aunque sea para eliminarlos con antibióticos nuevos mientras te ruego una mirada, me arrodillo ante ti como un fervoroso amante, beato, pío, devoto admirador, te rezo, te imploro, te beso las sienes, te oprimo los muslos, pobrecita mía, cansada, dolorida, sudorosa, llena de incomodidades, traspasada por los puñales de la infección, como una virgen andaluza, como una mártir romana, santa Águeda con sus pechos en un plato, ofreciéndose en sacrificio de amor a un hombre en permanente deseo, mujer sometida a ese rol, niña-mujer-señora sorprendida en su sorpresa, ven, hembra, déjame que te cante otra vez como un trovador desobediente, Dama dejando sus trenzas colgadas de la almena, ¿de verdad crees que siempre debo desearte?, ¿de verdad siempre te ofreces en el altar de ese cuarto a oscuras?, ¿de verdad estás seducida?, ay, veo ahora la línea fría de tus ojos entornados, chinos, mirándome pícara, engañadora, que sí pero no, que no es esto qué es lo otro, pero mi peso sobre ti, mis palabras en tu oído, mi aliento en tu espalda, mis dedos en ti, con tantas preposiciones como imaginarte puedas, fantasía para hacernos el amor, para inventarlo entre nosotros, prisioneros los dos, silenciando al ángel de la guarda, llamando al diablo que nos lleva por mazmorras y pasadizos confusos, llenos de noche y gritos, de temblores, de algo que antes no había, de algo más, presencia, presentimiento, sensaciones de manos húmedas que te recorren, suaves tejidos envolviéndote, sedas vistiéndote, cuartos de hotel donde te desnudas, emoción de sentirte atrapada por otro cuerpo, sometida al tuyo, acariciada hasta el borde, elevada al abismo de "no puedo más", conteniendo el mordisco, atada por la pasión, la pasión sí, marcándonos con su mirada de fiera, roja, implacable, arrolladora, magnífica, dragón de oro que nos atrapa en sus fauces, que nos lleva en sus garras, pensándonos hasta la jaqueca, deseándote ahora que sé que estás débil, indefensa, inerme, mimándote con palabras que te engañen, que te acechen, que te dejen entregada, sobre las sábanas, abiertos tus brazos y tus piernas a la embestida de este hombre diverso y cierto, de sangre y huesos, de mente abrazada a la tuya, pugna de saber tú, de saber yo, de sabernos y temernos, de imaginar otros paisajes, otro horizonte, otras noches o la misma y te esperan y mis amigos me llaman y tú y yo jugamos a que jugamos detrás del espejo. Y sin embargo.

Domenico Modugno


16 comments :

Dátil dijo...

Ay suspiro¡¡¡¡¡


Estoy pensandolo,sic;

Por dónde empiezo??¡¡ A ver,

Tu te enganchas dices, a André Gide; pero yo me llevo metiendo leña contigo desde que te conozco.

Además,

tu me haces sentir sublime, casi a-dio-sada, una sirena de océanos galácticos. Tu me haces sentir como una fotomirada de esas que dicen todo.

Sabes?
Como ese cuadro recien colgado después de unas cuantas tardes de pintar las paredes de un castillo, (sí -agotador-) pero cuándo fijas el cuadro en la pared, empiezas a ser consciente de que ese era el sitio del arte que emite ese cuadro en concreto. Eso me haces sentir a mi.


Ya ves así es, a estas horas de la noche.

Vengo, porque vengo queriendo venir, y por venir sigo viniendo, pero no me gustaría dejar de venir, porque venir me da aliento.

Sospecha mi imaginación que esas piernas largas que posees atrincherarían muchas otras piernas....y,

mis piernas se acojonan cuándo hablas de minotauros hocicándome el sexo. ¿Que miedo no??¡¡

¿Miedo a qué? dirás tu Pedro mío.


Miedo a pensar en eso en lo que todos pensamos, sí, todos, pero nadie lo reconoce. Miedo a pensar en que la noche dure tan sólo un minuto y al instante siguiente salte el despertador haciendo temblar las paredes del dormitorio. Miedo a que lo bello que tiene el día, y que es la noche, no sea lo suficientemente larga para darle todos los besos que la distancia nos roba.

Miedo a pensar que cuando llegue, ella ya se habrá ido(el amante enfermo digo, ese que todos llevamos con nosotros alguna vez)

Miedo a pensar que el mar, con una de sus olas, se llevará la huella de sus pies sobre la arena, y cuando tú intentes conservarla haciendo un fuerte, ya será demasiado tarde porque el agua también se llevará la muralla de barro.

Miedo a que cada minuto que pierdo pensando esto, sea también un minuto que no invierto en hacer feliz a alguien. O sí.

Ya me dirás tu,


te adoro como siempre, como de costumbre.

ybris dijo...

Enferma a no la amante quedaría desconcertada con las profundas, densas y arracimadas razones de tal carta.
La realidad demuestra que las palabras son sólo la voz oculta que se agolpa en el silencio cuando se mira a quien bien se quiere.

Hay amantes afortunadas.

Abrazos.

Margot dijo...

Ays cómo me gustas (y cuánto me debilita!, que sólo respirar entre comas me dejas y apenas me da tiempo por las prisas de seguir para pasar a la siguiente, me sofoco, ays qué sofoco, qué asma) cuando te pones así, desbordado o desbordante, un caudal de palabras que nos llevan y nos traen, purita pasión y no contenida y sí, también me ha gustado eso del hocico que será por ser jueves (mañana delicia de viernes) o como decía mi madre: "hija, a ti lo que te pierde es el vicio" y no creas, no lo decía pesarosa y va a ser eso...

Y después de leerte qué rabia me da no haberme cogido ni un maldito catarro este invierno, ays!

(Y engancharme con Panero también... no tienes perdón hoy)

Besos de eslabón, enganchadita me tienes.

ana p. dijo...

Nunca había sentido la misma sensación pulmonar al leer que al satisfacer "deseos oscuros". Así, sin resuello, resollando a medida que las líneas se sucedían, he llegado a la calma final, esa en la que los suspiros se convierten en grandes y necesarias bocanadas de aire, el tiempo de panteras, se convierte en pérdida de fronteras que nos convierten en un otro, necesarios segundos para reconocernos como yo, uno mismo y distinto del aire cálido que impregna por igual paredes, sábanas y cuerpos.
Has estado insuperable como amante de palabras. Gracias por compartirlo. Besiños

Pedro M. Martínez dijo...

Te digo, oh Coblenza, que tu comentario merece toda una tarde de dedicación y éxtasis, todo el tiempo agradecido, toda la atención y la sensibilidad para decir (te).
Hoy el jueves se me ha llenado de citas, de obligaciones.
No tengo tiempo.
Ganas sí.
Beso los dedos que han escrito algo tan bello.
Y a ti, de paso

Pedro M. Martínez dijo...

No lo sabes tú bien, querido ybris, hay amantes que no saben lo que tienen, lo que pierden, lo que ganan. Hay amantes que solo saben ser amadas. Así les va.
Aunque, como siempre, a mi lo que me cuentan, que yo soy un señor (ito) formal y serio que de estas cosas no se ni mu.
Mu.
Un abrazo.

Pedro M. Martínez dijo...

Enganchadita Margot, ya notaba yo algo, reina, que me dices cosas que me dejan derretido, así, licuado.
No sabes lo que te lo agradezco.
Hocicar, hermoso verbo.
Y una actividad a descubrir.
Jajajajajajajajajajajajaja.
(cambio risa por llanto)
Besos de inactividad forzosa.

Pedro M. Martínez dijo...

ana p., tu comentario, como siempre, un magnifico broche a mis humildes (pero currados) post.
Esto…no me gusta ser amante de palabras, prefiero ser amante- amante, de los de antes, de los de toda la vida, de los que aman y son amados (o no).

Comparto mi imaginación, ¿no pensarás que yo?...pues no.
Besos atómicos.

Iris dijo...

La que en silencio mira, la que te espera, la que teje sus sueños con tu vida.
Enferma o no, ella es la amada, es la amante, es la amada.

Besucos.

gaia07 dijo...

Vamos, vamos, vamos… No se si hoy toca comentar tu trabajado escrito o los comentarios a tu escrito ¡Leches que nivel!

No me han dejado palabras ni expresiones para hacer mi comentario…
Creo que “soberbio” no la han dicho, y “voy a cambiar mi actitud de amante, no quiero perderme un amador de esos”, tampoco lo han dicho. Hoy ha sido realmente difícil buuffff.
Un besito dulce en tu sien, es el único sitio que te queda libre jeje

Nikté dijo...

Una vez, hace ya mucho escribí esto:

Lo ves, ahora no lo ves

¡Alehop!

El ilusionista hizo desaparecer el pañuelo

Sabía que habría ido a parar a otro lugar

No se cómo ni dónde

pero a otro lugar

En eso debía consistir la magia.


Por lo demás, quedo atrapada entre esa vorágine de deseos.

Un besito, Pedro

Pedro M. Martínez dijo...

Iris es todo muy romántico.
Solo falta que sea verdad.
Pero cualquiera sabe dónde está la verdad.
La de cada uno.
Este es el blog glup 2.0
Mis besos de viernes.

Pedro M. Martínez dijo...

Pues mira gaia07, mi sien es un punto vulnerable, el punto favorito de los suicidas, por eso lo cuido tanto.
Y sí, hay nivel, maribel, estoy abrumado por los comentarios. Un lujo. (lujho que se diría en Córdoba)
Besos

Pedro M. Martínez dijo...

Maga Nikté, los juegos de manos nunca han sido min especialidad.
O sí, no lo recuerdo.
Los disfraces, sí.
Y besar. Quedé segundo en un concurso en mi barrio.

Carmen dijo...

El fantasma que me persigue a horas caprichosas, que me roba el sueño limpio, que me impone pesadillas sudorosas, que me enfada en llantos sin razón de repetidos "por qué", que hasta me envenena a veces el sosiego, que me derrota en un hombre prohibido que nada me da, salvo placer. Mi fantasma más oscuro, el que tu invocas cuando escribes, me alcanza siempre que mi boca te lee, y la razón se obliga a entender.
Me alcanzó de nuevo, el fantasma del deseo... y ahora...¿qué?
Voy a subir la música muy muy fuerte... igual hoy se va pronto.

Pedro M. Martínez dijo...

Ay, Carmen, este comentario lo entiendo muy bien.
Dentro de su estructura poética encierra tanto que me hace temblar.

Y, lo siento, la música no suele servir (a mi no me sirvió).
Besos.

Mi foto
Bilbao, Euskadi
pedromg@gmail.com

Creative Commons License Page copy protected against web site content infringement by Copyscape ecoestadistica.com site statistics

Vistas de página en total

Lo que hay.(Desde 08.02.07)

Se quedaron

Así vamos

Aquí desde 08.02.2007

(Antes en Blogia desde 07.2004)

(Y mucho antes en "La tertulia en Mizar")

6.756 entradas