martes, 19 de febrero de 2008

Laberintos y espejismos.




















Respect.


Lo que tú quieres, baby, yo lo tengo.
Lo que tú necesitas, sabes que yo lo tengo.
Sólo te pido un poco de respeto cuando vuelves a casa.

(Coro)
¡Sólo un poquito, sólo un poquito!.

Te doy mi dinero
Y solo te pido un poco de tu tiempo, cariño.
Y que me des mis réditos cuando vuelvas a casa.

(Coro)
¡Sólo un poquito!.

Tus besos son más dulces que la miel.
Pero, sabes, mi dinero también.
Lo único que quiero que hagas por mí
es que me eches un polvo cuando llegues a casa

(Coro)
¡Auténtico respeto!.

R-es-p-e-t-o, sabes lo que esa palabra significa para mí...

(Coro)
¡Dame eso!.

(Otis Redding)
(versión de Aretha Franklin)



A partir de una llamada telefónica todo cambió.

Ten cuidado con tu mujer, te engaña, dijo aquella voz y con ella entró la sospecha, la duda, el miedo, el rencor, la incomprensión, la impotencia ante una situación que no entendía, el progresivo aumento de las precauciones, el cambio de las rutinas, la vigilancia de las costumbres, el control, tantas cosas, en fin, que hicieron mi vida diferente.

No hubo más voces avisándome pero la semilla de la desconfianza había prendido y todo era mirar el buzón por si aparecían cartas sin remite, revisar las llamadas al móvil, el ordenador por encontrar mensajes comprometedores en el outlook, comprobar si había pruebas en la ropa, manchas sospechosas, olores, mirar los kilómetros del coche, los cargos en la tarjeta de crédito, la disminución del deseo, la intensidad de las miradas, indicios de otro hombre, señales de la infidelidad presentida, pavor ante la soledad.

Desde aquella llamada mi existencia entró en un agobiante ejercicio en el que solo me preocupaba proteger mi dignidad, mi propia estima, mi supervivencia.
Fueron tiempos duros, muy duros, se me fue la cabeza.

Un día me planté ante el espejo, me miré, encaré mi realidad y me propuse vivir como antes, antes del aviso, antes de aquello. En poco tiempo lo logré, apenas necesité cuatro años. Tampoco me resultó difícil, sobre todo teniendo en cuenta que soy, siempre lo he sido, un hombre solitario, soltero, sin pareja, que nunca he estado casado.


Françoise Hardy



23 comments :

ybris dijo...

Muy bueno.
Debe de ser que lo nuestro es ser desconfiados hasta cuando nunca hemos tenido que confiar en nadie.
Todo sea porque no nos tomen por ingenuos.

Abrazos

Єѕтnoм dijo...

Ring, ring...
- "¿Diga?"
- "Dime que me quieres aunque sea mentira"
tututu,tututu...

Pedro M. Martínez dijo...

Ya, ybris, a mí me la van a dar, pues bueno soy, ya, a otro sí, pero a mí, no, que uno está de vuelta, solo faltaba…
Jajajajajaja.
Muchos si somos ingenuos, sí, me incluyo.
Abrazos

Pedro M. Martínez dijo...

Son los días, ondina, que van muy rápido, que corren que se las pelan (que se dice).
Me vas a matar pero creo que he perdido el número.
Bueno, he perdido el número e infinidad de cosas más.
Y en cuestiones de amor no acostumbro a decir mentiras (después).
Antes, a veces (jajajajajaja)

Remarco lo de la risa.
Un beso.

Belén dijo...

Si es que le gente habla por hablar...

Besicos

Pedro M. Martínez dijo...

No toda Belén, no toda.
Ya ves, Aretha lo tiene claro.
Ella quiere respeto.
Lo único que quiero que hagas por mí
es que me eches un polvo cuando llegues a casa

Y es que así –claro- es más fácil.
¿Ese ico es de? (perdona, soy curioso)
Besos.

Nikté dijo...

Has engañado al lector, mi querido lobo, lo descubriste hasta el final y eso no se hace, nu nu.
Sabes que nu.

Yo quiero un telefono como el de Ondina que hace tutututu, el mío hace pipipipi y eso hace que vaya mucho al baño.

¿A que molesta una crítica?
Pues dejame ser yo, ains

Besos de esos

Nikté dijo...

Que se me olvidaba
Me encanta la canción de Areta.
Si es que es asi, a veces...
No digo más que no quiero que me corte la censura.

Muacks

Margot dijo...

Jajajaja qué bueno!

Pero al fin no haces más que describir al paranoico que todos, en un momento dado, llevamos dentro.

Ummm Otis... hace años encontré un disco (vinilo, eim?, genuino) en un guardamuebles. La historia fue tan rocambolesca como gozoso fue escucharlo luego. Qué recuerdos!! jajaja, sorry!

Un besote obsesivo

Pedro M. Martínez dijo...

Nikté, querida mía, esta es una página selecta, los lectores nunca se engañan (a diferencia del que firma, que se engaña continuamente a sí mismo). Los que leen saben distinguir entre A y B. Incluso uno leyó C donde había C.
En el mundo de los nu todo es más sencillo.

Muy bueno lo del pitido.
Tus críticas son alabanzas, así me suenan, parecen mariposas amarillas volando por este humilde blog (og) (ag) (eg).
Areta fue delantero centro del Athletic (de Bilbao, claro). Murió hace poco.
Aretha canta como un ángel dilatado, de voz bella, de canciones que están grabadas aquí (estoy señalando un punto incierto entre el alma y el recuerdo, la nostalgia y aquellos maravillosos años, es decir cuando, o sea ayer)( o así).
Besos de artesanía.

Pedro M. Martínez dijo...

Margot, es que la historia es mi historia, es verdad, leches, que tendré que poner estrellas para asegurar la veracidad de los escritos.
Esto es verdad.(1 estrella)
Esto al 80% (2 estrellas)
Esto me lo he imaginado. (3 estrellas)
Este es un vecino (el del 2º) (estrellado)
Esto no es verdad pero puede ser (a nada que nos pongamos a ello) (5 estrellas )(brillando

Otis y los Bar Kays. Murieron en un accidente de aviación. Ya ves. Con lo bien que cantaba el tío. Incluso sentado en el muelle de la bahía cantaba de maravilla.

Cuando A (o sus amigas) me preguntan por un disco y saco el vinilo, alucinan.
¡Tío! -dicen.
Y es que la música...

mirada dijo...

jajjajaa
eres la caña (a que nunca te lo he dicho)... es muy ameno leerte, me gusta, me gusta mucho, también me recordó a mi etapa obsesiva :-( (se pasa horrible, horrible).
Además eres un comentarista muy ocurrente jajjaja
Me encantaría una sesión forum-literaria con todos y todas reunidas en torno a tus letras, muy enriquecedora ¿a qué si?

Carmen dijo...

Cada vez me lío más.
A ver, ¿este escrito debería tener una estrellita?... luego ¿es verdad?...luego tú... ¿sólo?

¡No! Si acaso algo paranoico... y lo digo con todo el cariño.
Besos.

Pedro M. Martínez dijo...

Ya que lo dices Mirada, a mí también me encantaría.
No tanto lo de la sesión fórum- literaria, que… bueno, también.
Lo de la reunión.
A ser posible de dos en dos (otra y yo).
Más personal (me refiero a personas juntas) sería cansado, o multitud, o un lío, todos hablando de Kafka, de Corín (Tellado), de Julio (César)(Cortázar), de Vasili (Kalisnikof) (Grossman). Y es que una concentración intelectual debe ser muy aburrida. Si es para otra actividad más… ¿física?, me apunto. Y cuando digo física me refiero a correr, saltar, caminar, pasear, merendar, hacer el amor y no la guerra, esas cosas.
Lo de las letras no lo menciones en público –please- ya les dije que pagaría, siempre pago (¿recuerdas aquel personaje de Ibáñez en 13 rue del Percebe? Pues como aquel)
Por último lo de la caña. Claro, como dije que he vivido en un pueblo de pescadores enseguida lo has adivinado ¿no?

Ay, me sonrojo.
Guapa.

Pedro M. Martínez dijo...

Vamos a ver Carmen, líate, líate tanto que no sepas si estás debajo de una estrella o encima de un eucalipto. Para colmo esta madrugada hay eclipse de luna (lunera).

Este escrito tiene todas las estrellas que quieras ponerle. Esta página tiende a lo literario y todo lo que le ocurra al que la escribe pertenece exactamente a otro ámbito (concretamente a este desde l que escribo ahora con este velo de las narices que me produce picores en las mismas (narices).

El lector escoge poner cara a los protagonistas, color de ojos, estatura, sexo (abundante), color de piel, religión, estado de ánimo, entorno social, entorno de pecho y caderas, contorno, extorno, porno grafía de letras revueltas y el cariño se supone.

Me parece que te he liado más.
Pues nada, un beso y p´alante.

sergisonic dijo...

me encantan estos finales sorprendentes, ocultos.

tendemos a quedarnos con lo peor, la sospecha, la desconfianza, con algo incluso que no existe.

un saludo

Carmen dijo...

Querido Pedro, si que me has liado más. Pero me encanta que me hagas trabajar la masa gris.
Entrar en tu blog, se me antoja ultimamente, como entrar en una rotonda con el tráfico en hora punta: tú escribes y escribes, tus lectores leen y leen, tus comentaristas esperamos y esperamos a que el reloj de arena nos abra paso... y entramos... ¡ay! por fin.
Menuda fotografía nos has puesto hoy.
Siniestros caballos de humo venenoso ascienden tomando nuestra deteriorada atmósfera. Dos de ellos llevan rostro descubierto. Uno con aire de prepotencia y arrogancia parece el cabecilla del grupo, asoma por el margen inferior izquierdo. El otro, no da mucho la cara, parece dirigir la invasión desde retaguardia, en el margen superior derecho, con boina de gran jefe.
No, no he bebido nada.
Es que tengo una imaginación desbordante.
Besos.

Pedro M. Martínez dijo...

Gracias otra vez, sergisonic.
Y es que estamos en un mundo de culpabilidades y dudas.
Ahora mismo estoy entre si me voy a la cama o me veo el capítulo 3 de Perdidos (4)

Un saludo

Isabel Barceló Chico dijo...

La verdad es que el final ha sido un alivio. Si este sujeto llega a estar casado, no s�... Besitos, guapo.

Pedro M. Martínez dijo...

Admiro tu imaginación Carmen. Por favor préstame kilo y medio hasta fin de mes. La cuesta de febrero, ya sabes. Y es que a veces no se me ocurren cosas. O no me ocurren cosas. Los días son monótonos, grises, sin sobresaltos ni alteraciones. Bueno, está lo del caballo. Y lo de A. que me llama y ahora está colgada en la parte exterior de la ventana (vivo en un piso 10), dice que no bajará hasta que salga. Y no tengo las llaves. Tampoco me han traído la pierna de la ortopedia. Quizás con el carro. Bueno, señora de cuarenta miradas con esos ojos que miran, que tenga usted un buen miércoles (de momento).
Beso su mano

Pedro M. Martínez dijo...

No pasa nada admirada Isabel Romana, seguro que no pasa nada. La fidelidad (genital) está demasiado sobrevalorada. Es igual estar casado o no. La fidelidad es otra cosa. ¿o no? Espera, ¿quién es aquella? Sí, la que está abrazada a ese hombre rubio, pero…si es…no puede ser. Perdona, tengo que irme.
¡¡¡Eh, M!!! ¿pero qué haces? ¿Quién es este tío?

Sombras en el corazón dijo...

Estupendo relato de sorprendente final.
Somos capaces de creernos cualquier cosa, y cuanto más malintencionada, mejor.

Un abrazo

Pedro M. Martínez dijo...

Sombras en el corazón, creerse lo bienintencionado es aburrido.
Viva el chascarrillo y la maledicencia.
Ay. Ay. Ay.
Un abrazo. O dos.

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