jueves, 7 de febrero de 2008

Cuatriobra. Intimidad que no intimida.



“Me hundiré en la palabra,
cercada por la voz.
El silencio
abre anillos de agua.


(Lola Velasco)






Diez.

En los televisores del país, ahora en una pausa publicitaria, no se puede ver el cañón de la pistola que apunta a la cabeza del Realizador; no se puede escuchar la voz que le ordena que ya, que basta, que cambie, que esa historia ha terminado y esto es la vida real; no pueden sentir el tremendo dolor del Realizador al recibir en sus finos dedos un golpe seco con una barra de hierro, otro golpe en la cabeza que le hace desplomarse inconsciente, incapaz de detener al hombre enfurecido que destroza los monitores, uno tras otro, que vierte un líquido inflamable sobre la mesa de mezclas y todo comienza a arder detrás de él mientras sale como un ángel vengador, entre llamas y cristales rotos, encañonando, empujando, apartando a los guardias de seguridad que no pueden detenerlo. Pero ahora vuelve la conexión y los televidentes pueden advertir desde un plano fijo, único, la presencia del justiciero que abre de una patada la puerta de la sala tres, que dispara una y otra vez sobre la espalda de un sorprendido Circus y no hay rótulos y no saben quién es ese hombre que desbarata su programa favorito, que envuelve el cuerpo desnudo de la mujer en una sábana y sale con ella en brazos mientras a su espalda suenan explosiones y sirenas de alarma; fogonazos como fuegos artificiales invaden los pasillos antes de perder la imagen y perdonen la interrupción y permanezcan atentos a la pantalla y pluf, todo negro, y zapping y los servicios informativos de otras cadenas comentan la noticia de la explosión de la televisión Única, del derrumbamiento de su edificio principal, que no hay supervivientes, de la posibilidad de acción de un grupo extremista, que sigan atentos a las novedades, que un coche malva y sospechoso está siendo perseguido por la policía por el centro de la ciudad, que no salgan de sus seguros domicilios, ¿dónde van a estar mejor?, esas cosas.

Bajo la capucha se escuchan los gemidos de la mujer que se estremece, que llama al hombre que entra en ella susurrándole al oído: “Cariño, ¿no podemos hacer el amor como todas las parejas?" Y abrazados, se besan sobre una inmensa cama de matrimonio con absurdas sábanas negras.


Final ?

Marilyn Monroe


12 comments :

Nikté dijo...

Asi que era todo un juego erótico.
No se si ella fue salvada, no lo se.
La veo aún atrapada, asi es como la veo.

No podía esperar hasta mañana.
Ains, Pedro...esa mente tuya.

Un besito pero sin juegos de sábanas negras ni falsos salvadores.

Pedro M. Martínez dijo...

Uy, Nikté, hay que hilar muy fino...
Me halaga que te metas así en la historia.
Muchas gracias.
Pero.
El juego erótico es de los dos.
Propuesto por ella (+ o -)
Conozco muchas “ellas” salvadoras.
Algunas perdedoras.
Bastantes atrapadas.
Casi en la misma proporción que “ellos” conozco (con las mismas características).
En cualquier caso, esperar que alguien te salve está pasado de moda.
Y –recuerda- esto es literatura trabajada, mejor o peor, producto de mi imaginación, constante, no es fácil, respondo de todo lo que digo, asumo mis equivocaciones, apechugo con mi estilo, de momento me lo paso bien, si a ti te gusta pues me alegro.
No es más que lo que es.
Pues eso.
Un beso.

(nunca he dormido entre sábanas negras. Tiene que tener su morbo)

Margot dijo...

Jajajaja ese final, Pedro... genial!!

Ves? sí que nos arrastras por donde tú quieres...

Lo de las sábanas negras me lo apunto. Tiene un puntito de morbo como bien dices.

Me ha sorprendido ver los versos de Lola Velasco, casi nadie la conoce... bueno, seamos sinceros, la poesía ya es jodida de conocer, las mujeres poetas ni existen!! jeje. (Ya, ya sé que para ti sí).

Un besote sobre anillos de agua.

a-escena dijo...

Este texto, muy bueno como todo lo que escribes, me ha recordado a las pelis de los hermanos Cohen.
En cuanto a las sábanas, particularmente me dan más morbo las blancas.Jejejeje.
Precioso texto.

Pedro M. Martínez dijo...

No arrastro a nadie Margot, me dejo arrastrar por lo que imagino.
En Zara Home las tienes (preguntale a Pili, es muy simpática)(la de Preciados)(una morenita de gafas)(para las sábanas digo)
La poesía no existe. Tampoco los poetas. Lo que no sale en Babelia no cuenta. Estas esquinas están en blanco. Tú eres Margot pero no eres. Esta es la página glup y fíjate. Pues eso.
Un beso de los de recordar.

Pedro M. Martínez dijo...

a-escena, sí, me lo copiaron (concretamente se lo chivó Bardem, Javier, Javi para los amigos). (pero no me gusta presumir)
jajajajajajaja.
A mi las blancas, las verdes, las amarillas y sobre todo quién esté entre ellas.
Preciosa, tú.

Nikté dijo...

No me tienes que dar explicaciones, al menos a mi no, de aquello que escribes, si dije mente, es por aquello que sale de ti aunque no sea real.
Así que jamás vuelvas a hacerlo, como también el de darme las gracias.
Si te leo es porque quiero y en esta historia me vi arrastrada desde un principio como una vorágine.

Te dejo ya con un beso de buenos días que tengo que salir pitando.

Hoy me levanté algo seriota, a saber que habré soñado.

Por cierto,hubo una vez, inolvidable y sin sábanas
que será siempre mi punto de medida.
Demasiado alto el listón, pobresitos, itos

Ya me voyyyyyyyyyy

Muacks

ybris dijo...

Pues sí.
La verdad es que podían hacerlo como todos los demás.
Pero ya no sería lo mismo.

Abrazos

Pedro M. Martínez dijo...

Nikté, vale.
Y enhorabuena (por esa vez).

Pedro M. Martínez dijo...

Aquí hay un problema ybris, como no sé cómo lo hacen todos los demás (casi no recuerdo como lo hacía yo), invento, imagino, intento maneras.
En ese campo casi todo (concertado) es válido.
O era (a saber lo que dice Rajoy).

En cualquier caso estoy en ello (insistentemente).
Abrazos

mirada dijo...

Una vez leyendo a Manuel Vicent me di cuenta de que pensaba un poco como él en relación a que un escritor nace porque que quiere recomponer un mundo que no le gusta y crear otro a su imagen y semejanza a través de las palabras. En ese sentido, tu eres pues eso "un pequeño creador o un ser que ha leído mucho, pero no el libro que él quería leer, y por eso, se dedica a escribirlo", ¿a qué si? :-)
Muchos besos, me sigue gustando leer el mundo que recreas.

Pedro M. Martínez dijo...

Preciosa Mirada, pues no. Acabo de terminar “Vida y destino” y me reafirmo en que no sé qué demonios hacemos aquí, leyéndonos, cuando hay personas que escriben tan, tan bien, tan profundo, tan culto, tan intenso, emocionante, documentado, ay.
Pero gracias por leer mis modestísimos escritos.
Y por ser como eres.
Y por haberte conocido.
Por todo.
Guapa.
Besos
Y besos

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