miércoles, 21 de noviembre de 2007

Neurosis obsesiva.


...La neurosis obsesiva es una noción estructurante que puede expresarse aproximadamente así. ¿Qué es un obsesivo? En suma es un actor que desempeña su papel y cumple cierto número de actos como si estuviera muerto. El juego al que se entrega es una forma de ponerse a resguardo de la muerte. Se trata de un juego viviente que consiste en mostrarse invulnerable. Con este fin, se consagra a una dominación que condiciona todos sus contactos con los demás. Se le ve en una especie de exhibición con la que trata de mostrar hasta dónde puede llegar en ese ejercicio, que tiene todas las características de un. juego, incluyendo sus características ilusorias es decir, hasta dónde puede llegar con los demás, el otro con minúscula, que es sólo su alter ego, su propio doble. Su juego se desarrolla delante de un Otro que asiste al espectáculo. Él mismo es sólo un espectador, y en ello estriba la posibilidad misma del juego y del placer que obtiene. Sin embargo, no sabe qué lugar ocupa, esto es lo inconsciente que hay en él. Lo que hace, lo hace a título de coartada. Esto sí lo puede entrever. Se da perfecta cuenta de que el juego no se juega donde él está, y por eso casi nada de lo que ocurre tiene para él verdadera importancia, lo cual no significa que sepa desde dónde ve todo esto.(Lacan)


Reina mía, recibe ahora los susurros que circulan entre los cráteres de una luna herida. Abrázate a mí y entre los dos construiremos un mundo de gemidos y ternura donde no lleguen las olas negras ni los meteoros, donde ni siquiera el canto de los gallos portugueses disturbará nuestro ensueño lejos de diablos travestidos y gatos de porcelana. Comprueba mi pulso enérgico, saltemos de la mano al agujero no explorado de querernos, al abismo de besarnos sin medida. Amémonos con la avaricia del deshabitado, con la ternura del déspota, con la pasión de un recolector de fresas en Lepe, con la inexperiencia del preso de sí mismo, con el hambre del ciudadano que pide justicia a la puerta de un ministerio, con la trémula ansiedad de la primera vez (la verdad, ni me acuerdo).

No podrás vengarte de las mujeres que te precedieron en mi corazón. No tendrás tiempo. No podrás reunir sus destinos aventados a los cuatro puntos cardinales. No podrás plantar alfileres de cabeza colorada en los mapas de las tierras medias. No podrás explorar las selvas de pasiones hirviendo detrás de las cortinas de las casas de pacíficas abonadas a caridades diversas, de respetables señoras de misa diaria y pucheros. Déjalo, no aprietes el botón rojo del holocausto, no quieras girar el facistol donde monjes piadosos cantan gregoriano y mambo. Déjalo, sigamos vestidos de blanco, con la frente marcada por los hierros candentes de nuestro nombre girando ardiente en aires de ida y vuelta, en brisas que nos consuelen de tanto maullido, de tantos señores de corta estatura, vestidos de negro, avinagrados, señalando con el dedo la dirección donde empieza el vacío, donde terminan los sueños heridos por los otros, los que se fueron, los que no estuvieron en treinta años, los mismos años que se pasaron sentados en el sillón del comedor; fumaban y leían la prensa (poco más).

Tú y yo sabemos que todo esto es mentira pero a nadie más que a nosotros le importa. Además esas botas altas y el pantalón de cuero negro no me excitan, al contrario, las carcajadas me impiden centrarme en tus urgencias. No es mi edad, no lo creo, pero convendrás conmigo que el espejo nos devuelve una delatora imagen de pervertidos pasados de moda, de buscadores de placer trasnochados por calendarios apilados en la esquina de esta habitación llena de frío y viento y soledad acompañada.(ay, reina).


Este fuego casto para mi deseo,
esta confusión por anhelo de equilibrio,
este inocente dolor de pólvora en mis ojos
aliviará la angustia de otro corazón
devorado por las nebulosas.

(Lorca)


14 comments :

bajamar dijo...

vaya, yo sabía que tenía algo... raro. Neurosis obsesiva, eso era. Gracias

Del escrito, precioso, amo las muchas palabras sólo cuando dicen muchas o una sóla obsesiva cosa

saludos

ybris dijo...

Pues vivan esas neurosis que nos hacen invulnerables.
Permiten imaginarnos lo inexistente y despotricar de quienes pusieron límites a los sueños.
Y de los espejos que nos traicionan.
Todo sea por ese inocente dolor de pólvora
aliviando la angustia de otro corazón
devorado por las nebulosas.

Abrazos

Margot dijo...

Casi siempre sabemos que todo es mentira, el tiempo no es más que una vulgar parodia de la muerte, así que nos da por entretenernos con las nebulosas...

No sé, me habré levantado de buen rollito pero me encantan las nebulosas y me importa un comino.

Y Lorca, ays, Lorca.

Y un beso, ays, un beso!

Pedro M. Martínez dijo...

Oye, bajamar, escucha, que no sé si tendrás neurosis obsesiva, ni idea, pero sí sé que escribes muy bien. Me han encantado tus poemas. En cuanto me libere de tanto trabajo te comento con calma.
Ah, y me has leído bien.
Eso se suele agradecer.
Lo hago.
Gracias.
Saludos, varios, con un pañuelo de seda.

Pedro M. Martínez dijo...

ybris, tampoco se escogen, al que le cae, le cae, como lo de ser invisible. Tengo varios amigos que son invisibles, saben, ellos lo saben, que nadie les ve.
Les digo: no, que yo te veo.
Y ellos dicen: no, nadie me ve.
Les digo: si a mi no me ven me pinto la cabeza de amarillo chillón.
Y contestan. Pues a mi ni así, no me ven.
No sé si se refieren a que no les ven los ciegos o todos los seres humano o solo aquellos/as que les gustaría que les viesen.
Tengo algunos amigos muy raros.
Y es que los tiempos están muy malitos.
Nosotros a lo nuestro.
Abrazos.

Pedro M. Martínez dijo...

Y a mí, Margot, y a mi.
Me como las nebulosas y a Lorca de postre.
Si tienes el día puedo comerte a ti ¿te apetece?
Es que estoy con muchísimo apetito Margotiano.
Lo piensas.¿Vale?
Ya hablamos.
De momento un beso.

mirada dijo...

¡Pues vaya con la neurosis! :-(

Pedro M. Martínez dijo...

Pues sí, querida Mirada
El primer día que me vió me dijo :”eres neurótico obsesivo”.
Me pareció un insulto pero sonreí (era bella y estudiosa).
Y eso ¿es malo?- le dije.
Ni malo ni bueno, es lo que eres –contestó (y se quedó tan feliz).
No entiendo mucho de estas cosas. Quizás entonces tenía razón. No sé si esto se cura o es una característica temporal, si es consecuencia de momentos concretos como forma de enfrentarse a ellos, si es tan normal como ser rubio, moreno, calvo o bajito.
Yo qué sé, Mirada, corazón, tú ¿cómo me ves? (además de lo que te dijo mi amigo el de Baracaldo) tú ¿qué opinas?.
La verdad, no me noto nada, me miro (no demasiado, la verdad) y me encuentro como nunca. Quizás siempre he sido así. La definición se las trae, ya te digo, pero peor es ser perverso polimorfo (eso sí que es jodido de llevar).
Preciosidad, tú tranquila, si no me ha pillado el síndrome del Camino (y mira que eso es duro), no creo que esto sea grave. Y si es, pues mira, algo hay que tener.
Por si acaso, te lleno de besos, antes que llueva, luego –lo sé- me olvidarás.

mirada dijo...

Aún con lluvia, con temporal, con aguaceros, con inmensas cascadas de agua, con sequía...Mientras mi mente esté conmigo no te olvidaré y aunque ella decida irse, aún asi, siempre recordaré el sentimiento, la emoción, ese gran lazo que nos une confirmado en tus ojos, el espejo de tu alma.
Polimorfo eres un poco bastante, en tus palabras, en tus letras, en las imagenes, en la música, en el gusto, pero nunca nunca te he visto perverso, al contrario totalmente.
Te veo enamorado de la vida, de tu mujer, de tus amigos, de tu familia, de tus amigas, de la belleza, de todo lo que se presenta a tus ojos tu sabes buscarle el lado hermoso, a tu tacto, a tu percepción, a todos tus sentidos. Te veo generoso, no haces más que dar, dar, dar, dar constantemente alegrías, amor, compañía, piropos, belleza, hermosura, siempre.
Te veo creativo, arrolladoramente.
Ójala te pudiese ver ahora mismo. Tu sonrisa me llena por dentro de colores, querido amigo.
Tu si que no olvidas (por otro lado) jajajjaja (si sé esto ni menciono el "temita", lo lamento una vez más).Espero obtener tu perdón.

Y continuando, Freud definió a la neurosis obsesiva como un dialecto de la histeria. Pues no te veo... no.
¿Sabes quién eres? Un ser vivo maravilloso. Gracias por hacernos sentir así.

Ahora te empiezo a ver, ahora si, si cierro los ojos, si. ;-)Perfectamente. Como el primer día.

Moitos bicos pequerrecho.

Deseo de corazón encuentres y recibas todo lo que anhelas.

Pedro M. Martínez dijo...

Mirada...gracias.
No puedo contestarte aquí, así.
Muchas gracias.
Mi beso.

(Ah, te juro que no tocaré nunca más, nunca, el "temita". Te lo juro)

Nikté dijo...

Por dónde empiezo, por dónde empiezo y es que paso unos días sin venir a tu casa y después me paso las horas enteras aqui sin querer despegarme.
Te ha dao fuerte Lacan, eh?
Todos somos neuróticos, eso es normal pero lo de ser obsesivos, yo es que lo soy y después de leer esto como me acojono de mi misma, miedo me doy, en serio.
¿Soy tan terrible?
Es como cuando lees los sintomas de una enfermedad y crees que la padeces, no se...estoy turbada, en serio.

Y eso que has escrito, Ainsssssssss
me ha colmado tanto, tanto, que me salgo de mi misma y vuelo por la estratosfera, eso es lo que has producido en mí y me haces reír también entre tanta intensidad
Los de Lepe, pobres ellos que los tenemos como iconos de la brutalidad.
Y ese poema y ese todo
Si lo que pretendes es que se sienta cuando se te lee, creeme que lo has conseguido.
Y tendría que decirte más cosas
pero mi comentario parecería el Quijote, el de la Mancha.
Veo manchas

Que te leo, no creas por un instante que no comprendo y me implico contigo en todo cuanto escribes

¿Otro beso casto?

Pedro M. Martínez dijo...

Turbada Nikté, de besos castos nada, los besos como hay que darlos (y recibirlos), así, apasionados, desgarrados, del alma, o de dónde sea, no habré dado yo besos así, como que no quiere la cosa, que empiezas con un beso, que sí que no y terminas de luna de miel en Cancún, ya ves tú, sin huracanes, leyendo cosas de Lacan, neurotizándonos, obsesionándonos, que cuando te metes aquí me lees (el blog) de arriba abajo, que no me dejas huecos, que eres tan cielo que comentas, y bien, estoy seguro que casi me entiendes, algo al menos, no, si estás tan p´allá como yo, o por ahí, que nos dure, va el beso, así, sin resquicios, muá (me gusta como dejas los labios).

José Longoria dijo...

El neurótico obsesivo sufre y sufre mucho y muchas veces por nimiedades. Siente culpa por lo que hizo y por lo que no hizo, de ahí que tienda al aislamiento como mecanismo de defensa, se resguarda de "pecar" por acción o por omisión. Aunque no hay mucha acción para el obsesivo porque todo lo piensa, y lo piensa mucho, la vida se le va en pensar.

Pedro M. Martínez dijo...

José Longoria, casi cinco años después llegas a esta neurosis obsesiva. Ni recuerdo, ya está todo dicho, es otro tiempo, he perdido el pulso. Lamento el sufrimiento del neurótico.
Me estoy curando.

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