jueves, 13 de septiembre de 2007

Sensibilidad.


Qué nos debemos cada uno en el juego del amor,
qué nos debemos a nosotros mismos
y qué elección tenemos,
tanta gente
en cama con nosotros,
como muñecas rusas
una madre dentro de la otra,
o tomas de acción en una película en cámara lenta
interminables sombras que parecen
moverse como una sola.

Cuán intercambiables son los genitales
y cuán específico es el deseo.

(Karen Alkalay-Gut)

Desde la inauguración del edificio Chartier hace seis años, cada martes a las dos del mediodía me he encontrado con Bijou en el apartamento 606. Solo he faltado en agosto, navidad, coincidencias menstruales y la semana que estuve con mi esposa en Italia celebrando nuestro décimo aniversario. Bijou era entonces un nombre divertido y así la he llamado siempre, así estaba escrito antes en el hueco de mi agenda de piel y ahora en outlook.

Semana a semana, de forma metódica pero apasionada, nos hemos unido en una ceremonia concentrada y vigorosa, sin rutina. Nunca he sabido demasiado de ella, ni como se llama en realidad, ni dónde vive, de dónde es, si tiene otras ocupaciones, si tiene pareja, hijos. Apenas hablamos antes o después, se desviste y se viste en silencio, ausente, solo se transfigura para su trabajo, al que se dedica con entusiasta profesionalidad, puedo asegurar que se gana con creces sus honorarios que solo ha modificado hace dos meses.

El último día que estuvimos juntos, su espalda y sus glúteos tenían la señal de varios golpes, no me pareció oportuno preguntar qué le había ocurrido.

Hoy, martes, no está, la señorita que me ha recibido no sabe nada de Bijou, no la conoce, dice que ella tendrá a partir de ahora ese horario. Mientras se quita la ropa con lentitud me pregunta si estoy de acuerdo, me encojo de hombros, añade si deseo algo especial, sonrío, también la llamaré Bijou.

Dedicado a los responsables de la lucrativa sección de contactos de los principales diarios del país.



18 comments :

Anónimo dijo...

No hay mayor sensiblidad que la de modificar lo cotidiano en extraordinario; cada segundo predecible, sostenido por los mismos hilos de la vida que sostuvieron el instante anterior, y el de hace veinte-años-atrás, se vuelve un exótico paisaje con una mirada.

Comienzan a rondarnos los humores del Amazonas, exóticos reptiles de colores inusitados se cuelgan de las ramas que son nuestros brazos, mientras la mariposa de su vientre viene a libar de nuestras flores ocultas. Cada vez un color diferente, una manera distinta de ir encendiendo la antorcha en los labios para llevarnos por la oscuridad de esta selva que crece, inverosimil, en el rincón de hotel en que siempre nos citamos.

SEI

ybris dijo...

Un tierno y emocionado recuerdo a Bijou -a todas las Bijous.
Los genitales son intercambiables.
Las personas no.

Un abrazo.

Mar Benegas dijo...

Pobre Bijou, a nadie le preguntó y ella no supo contestarse.

El amor de compra-venta es seguro así, sin preguntas ni respuestas, mecánico.

Quedó bordado con tu prosa bien pintada.

Besos. Mar.

Pedro M. Martínez dijo...

Inmarcesible, tus comentarios me dejan boquiabierto, emocionado, con un temblor al leer cada línea, cada sorpresa en tus líricos comentarios.
Son un lujo para esta esquina.
Muchísimas gracias,

Pedro M. Martínez dijo...

ybris, pero ¿te has dado cuenta de cuantos anuncios hay de esa profesión? ¿serán todos ciertos? ¿será que se anuncia una persona con diferentes nombres? ¿cuánto dinero mueve esa industria? etc
Claro, detrás del intercambio hay personas.
Me ocurre lo mismo en algunas ventanillas, siempre tengo que recordar que detrás hay una persona.
Un abrazo.

Pedro M. Martínez dijo...

Mar, nunca me he propuesto estudiar de cerca esa realidad.
Como tampoco otras muchas.
Gracias por tu comentario.
Besos.

Margot dijo...

Pues hay un soldado ruso que se anuncia así, "Soldado ruso"... es mi preferido y siempre le busco entre la tinta para saber si sigue vivo... entre ese tipo y yo hay algo personal. Imaginación creo que se llama (y no, no erótica, no en este caso)

Un cuento para tener en cuenta. El deseo es sencillo, los genitales suelen ser simples... qué cosas! Calidades distintas.

Y un beso sin tarjeta visa.

Tempus fugit dijo...

Igual tiene algo que ver Chartier con la aplicación de la lógica Cartesiana... lo que queda claro es que Bijou era una auténtica joya.
Contaba Eugenio:
"Llamé a un anuncio del periódico que decía: "señora enseña el búlgaro"... ¡y resultó que era un idioma!

un abrazo.

Coblenza dijo...

Hoy no tengo palabras, te regalo una canción:

http://es.youtube.com/watch?v=J5pECaW-VMI

Isabel Barceló Chico dijo...

Hasta en el sexo pagado termina por imponerse la rutina. Es más fácil llamar Bijou a quien sea... Saludos cordiales.

Pedro M. Martínez dijo...

Margot, a este cuento lo podía haber titulado de cualquier otra forma.
Escogí ”Sensibilidad
¡ qué cosas!, qué títulos más absurdos prefiero.
Ay.
Besos, mi niña.

Pedro M. Martínez dijo...

De cenizas, estas cosas, ya ves, las escribo en serio.
Y es que no aprendo.
O sí.
Yo qué sé.
Un abrazo.

Pedro M. Martínez dijo...

No lo sé Isabel Romana, no conozco el sexo pagado.
Y el gratuito casi tampoco.
O es que se me olvida.
Ahora, eso sí, si le llamo Bijou seguro que me parte la cara.
Saludos y beso tu mano (esa que escribe tan bien)

Pedro M. Martínez dijo...

Coblenza, preciosidad, que se me había quedado ahí tu comentario. Belleza, reina andaluza, que no, gracias por esos Pretenders (en Aquí los he dejado, cantando)

Besos agradecidos.

Unknown dijo...

Bijou, es uno de mis nombres preferidos.. ajajaja!! de milagro nose lo puso a mi hija... es el titulo de una cancipon de Queen, grabada en su último disco de estudio INNUENDO...

Me has dejado pensando... mira nada mñas que fertil imaginación tienes...

Pedro M. Martínez dijo...

Piel, ¿te he dejado pensando? Qué bueno.
A veces me satisface dejar aquí mis escritos.

Ah, no conozco esa canción de Queen (no es e mis grupos preferidos)
Besos.

Camille dijo...

No lo había leído...
Es buenísimo, Pedro.

Hoy te digo, aquí por lo bajito, que eres grande y llegas. Siempre llegas.
Sigue escribiendo, por favor.

Gracias

Pedro M. Martínez dijo...

Gracias Camille.
Muchas gracias.
(Y no es que no se me ocurran más cosas para contestarte, es que ahora estoy especialmente sensible) (es la edad).

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